Coronavirus SarsCoV-2 y las mutaciones de su genoma
En la pandemia que está asolando el planeta en este inicio de 2020 todos los países están publicando, con mayor o menor veracidad, sus propios datos de infectados y fallecidos. Mientras que algunos países mantienen una proporción de letalidad relativamente baja, otros muestras que gran parte de sus afectados acaban feneciendo. Esto tiene varias explicaciones posibles. Está la explicación de la edad, arguyendo que al ser los mayores de 65 años los más afectados las poblaciones con mayor número de esta franja de edad tendrán más pérdidas. También está la explicación de que si se cuentan o no todos los positivos leves o solo se cuentan los graves (si contamos como positivos solo los casos graves es más normal que la letalidad de la infección sea mayor). En fin, hay muchas maneras de hacer las matemáticas de la enfermedad y muchas frmas de presentar los datos. A parte de estas triquiñuelas para disminuir los casos de fallecimiento por COVIR2 existe otro factor real. El coronavirus ha mutado en diferentes cepas o variedaes locales.
Como era de esperar a medida que pasa el tiempo el SarsCoVir-19 va mutando a cada generación. Las mutaciones son algo normal en todos los seres vivos, la maquinaria de animales “se equivoca” en una base nitrogenada de cada millón. Por lo que en el cuerpo de un individuo hay miles de mutaciones. En el caso de los virus las mutaciones ocurren también, puesto que emplean la maquinaria de su hospedador para replicarse. El coronavirus es un virus de tipo ARN, lo que le da una inestabilidad mayor a la molécula, una mayor capacidad de mutar (la polimerasa que hace las copias no es tan fiable). Además, cada mutación que se añade es replicada miles de veces en la descendencia. Por pura lógica cada mutación puede hacer 3 cosas: convertir el virus en más letal, en menos o que permanezca igual. Como en el resto de seres vivos, la mayoría de mutaciones no causan alteraciones apreciables. Sin embargo, ya se pueden clasificar diversas cepas del coronavirus, que pueden presentar diferentes características. Pueden ser más o menos letales, pero también más o menos contagiosas, etc. En realidad al virus no le interesa matar al hospedador, al menos no demasiado rápido, tanto que no pueda infectar antes a nuevos individuos. Es por eso que en la evolución del virus puede oscilar la letalidad en cada generación.
La mutación de especies que infectan a los humanos no es nueva, el virus de la gripe muta cada año y de vez en cuando da con una variante que es más letal, como el caso de la H1S1, que ocurrió en la década de 2010. Por otra parte la peste negra también sufrió mutaciones,lo que hizo que en muchos sitios la mortalidad bajara drásticamente (acabando con el brote de peste) y en otras localidades fallecieran todos (acabando con el brote de peste).
Existen regiones del genoma que nunca cambian, serían las más importantes parala viabilidad del individuo. Son precisamente esas regiones inmutables las que son los mejores candidatos para las vacunas. Es por eso que el estudio de los diversos genomas (cuantos más mejor) del SarsCoV-19 permitirán encontrar una manera de prevenir su propagación más eficiente y duradera.
Lee más sobre el coronavirus en los diversos artículos que le hemos dedicado: muerte por calor, inmunidad de rebaño, diagnóstico, síntomas, comparativa con otros coronavirus, el efecto de la cuarentena en el ecosistema, o el artículo general sobre los coronavirus y su mecanismo de entrada en las células.