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Regeneración en babosas de mar

Publicado por Ramón Contreras

La habilidad de las estrellas de mar o de ciertos reptiles para regenerar partes de su cuerpo son muy conocidas e incluso hemos hablado de ellas aquí o aquí. Aunque en general los animales, por el contrario de las plantas, son incapaces de regenerar grandes partes de su cuerpo. Si son capaces de regenerar pequeñas partes de su cuerpo. En general, cuanto más sencillo son los animales más fácil es que regeneren el cuerpo. En este aspecto las esponjas son sin duda las reinas, puesto que funcionan casi como sinticios y no como organismos individuales. Un reciente estudio japonés ha encontrado la enorme capacidad regenerativa de dos especies de babosas marinas del género Sacoglossa . Y no solo eso, estas babosas se amputaban a sí mismas la cabeza y luego regeneraban el resto del cuerpo, que supone el 805 del peso del animal. Por si fuera poco estas babosas son las conocidas cleptómanas que son capaces de robar los cloroplastos a las algas que se comen -proceso denominado cleptoplastia- y obtener energía mediante este mecanismo exclusivo de plantas.

Cuando la investigadora encargada de un estudio sobre la vida de las babosas se dio cuenta que la cabeza de uno de los individuos jóvenes se movía sola. Al poco tiempo incluso la vio empezar a alimentarse. Esto era realmente raro, puesto que la cabeza no contaba con corazón que bombease su sangre por el cuerpo, ya inexistente, o ¡tan siquiera tenía estómago para procesar el alimento que estaba ingiriendo! La investigadora siguió la evolución de la cabeza, a los pocos días había cerrado completamente la herida y se movía con completa autonomía. Tras sanar tan importante herida empezó a regenerar el resto del cuerpo. Según los datos presentados en su estudio a la semana ya volvía a contar con corazón completamente funcional y a las tres semanas la babosa, que mide algunos centímetros de longitud, estaba completamente reconstruida.

Evidentemente este hallazgo incitó la curiosidad de la investigadora, que realizó experimentos al respecto con los que concluyó que las cabezas de los individuos mayores morían a los días días sin regenerarse, mientras que esta capacidad regenerativa se dada igual que la primera observación en los individuos jóvenes. Como todo es muy reciente no se sabe de las señales internas que producen la separación de la cabeza del resto del cuerpo. La investigadora ha indicado que tal vez sea un mecanismo para deshacerse de los parásitos internos que impedirían su reproducción, aunque sería algo realmente drástico. Aunque todavía deben hacerse más estudios al respecto. Por otra parte se especula si los cloroplastos de la babosa le otorgarían la energía necesaria para seguir funcionando hasta acabar la regeneración total del cuerpo.

Por si el hecho de que tenga cloroplastos en su interior no fuera suficientemente interesante para estudiar a este animal, este estudio publicado en la prestigiosa revista Current Biology en 2021 puede abrir nuevas vías de estudio de las capacidades regenerativas de los seres vivos complejos. Las señales celulares y los genes que intervienen en estos procesos pueden ser de gran utilidad. Esto tendría infinidad de aplicaciones en el campo de la medicina y la veterinaria.