Biología
Inicio Patología, Virus Las vacunas de la controversia: Rusia y China contra la COVID19

Las vacunas de la controversia: Rusia y China contra la COVID19

Publicado por Ramón Contreras

Vacuna COVID-19

Las vacunas de la controversia: Rusia y China contra la COVID19

La pandemia de COVID19 está llegando a la segunda ola en Europa. Mientras que la vacuna de Oxford parece ser la más prometedora de la Comunidad Europea, otros países adelantan por la derecha y toman la delantera. Ya hay 4 vacunas en proceso de ensayos clínicos avanzados contra la COVID19. Estas vacunas son las que ya avanzábamos hace meses cuando comentábamos las mejores candidatas que se estaban desarrollando a mediados de año. Algunas de ellas se han saltado algunos pasos de seguridad para alcanzar la aprobación de las autoridades sanitarias de su país. Rusia y China han empezado grandes ensayos de sus productos. El país del Sputnik (nombre con el que también se denomina a la vacuna) ha anunciado que empezarán a producir dosis en diciembre y a distribuirla en América Latina para el año que viene. Según sus informes los efectos secundarios son los esperados por otras vacunas, tales como fiebre, malestar y molestias. En los estudios realizados hasta ahora el 14% de los pacientes mostraron algunos de estos efectos secundarios, pero solo durante unos días. Por lo que el estudio no se paró por ellos. Sin embargo, algunas voces internacionales afirman que las pruebas clínicas de esta preparación han sido insuficientes y los estudios publicados en la prestigiosa revista médica The Lancet, parecen haber sido puestos en duda. Algunos investigadores han mostrado su descontento con estos resultados puesto que parecen maquillados. Respecto a la Sputnik V el equipo investigador afirma que su vacuna inmunizará durante uno o dos años, y llegan a afirmar que otras vacunas protegerán tan solo durante seis meses.

Su vacuna desarrollada con el vector viral (se le quita el material genético al virus y se usan las cápsulas). Esta estrategia es muy utilizada y pretende crear inmunidad relacionada con las células T,las encargadas de la respuesta a largo plazo. ¿Las dudas y los recelos internacionales tradicionales son la causa de esto o es un duda razonable? Pero Rusia sigue desarrollando otras vacunas que si bien no están tan avanzadas han logrado pasar ya la fase I y la fase II.

El otro gigante comunista es el otro país que ha empezado a distribuir su vacuna sin las pruebas necesarias. La vacuna de Cansino de la que también hablábamos hace tiempo ha empezado a distribuirse entre la población civil china. En principio se distribuyó solo a personal milita que trabajaba en la situación de emergencia y recibían así una dosis de la vacuna como protección. Sin embargo, la vacuna no había acabado de pasar todavía todos los tests de seguridad. Es de suponer que el gobierno chino como no vio efectos secundarios en su población castrense decidió ampliar la protección a la población civil. Hay que decir que la vacuna china cuesta unos 50€ y los que reciben la dosis aceptan exculpar a la farmacéutica de cualquier efecto secundario adverso no descrito hasta ahora.

La otra vacuna china, del laboratorio Sinopharm ,está en desarrollo con buenos resultados. Según la publicación en The Lancet, parece que funciona entre la población de mayores de 60 años, y en población activa parece que genera inmunidad entre los 14 y los 28 días. Esta vacuna sigue la otra estrategia clásica de inactivar el virus cultivado en laboratorio.

Recientemente, se ha informado que tanto Rusia como China están colaborando con otros países para llevar a cabo ensayos clínicos en diversas regiones del mundo. Por ejemplo, la vacuna Sputnik V está siendo probada en países como India, Brasil y Emiratos Árabes Unidos, lo que podría proporcionar datos más robustos sobre su eficacia y seguridad en diferentes poblaciones. Asimismo, China ha iniciado ensayos de fase III de su vacuna Sinovac en países como Brasil, Indonesia y Turquía, lo que podría acelerar su aprobación internacional.

Además, se ha observado un aumento en la transparencia de los datos compartidos por estos países. Rusia ha publicado más detalles sobre los resultados de sus ensayos clínicos en plataformas científicas internacionales, y China ha permitido que investigadores externos revisen sus datos. Esto podría ayudar a mitigar algunas de las preocupaciones sobre la falta de pruebas y aumentar la confianza en estas vacunas.

Por otro lado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido un mecanismo de pre-calificación para las vacunas contra la COVID-19, que incluye una revisión rigurosa de los datos de ensayos clínicos y la inspección de las instalaciones de fabricación. Tanto Rusia como China han expresado su interés en someter sus vacunas a este proceso, lo que podría facilitar su distribución global una vez que se cumplan todos los criterios de seguridad y eficacia.

Es importante mencionar que, a pesar de los avances, la distribución y administración de estas vacunas presentan desafíos logísticos significativos. La cadena de frío necesaria para mantener la eficacia de algunas vacunas, la producción a gran escala y la distribución equitativa son aspectos que aún deben ser resueltos. Sin embargo, la colaboración internacional y el intercambio de información son pasos positivos hacia la solución de estos problemas.

Recordémos que la Organización Mundial dela SAlud, no ha visto con buenos ojos que estas vaucnas se estén distribuyendo ya. Lee más sobre la COVID-19 en los artículos en los que cubrimos su evolución aquí: segunda ola, mutaciones en el virus, diagnóstico, que lo diferencia de la gripe.