Vacunarse contra gripe y contra COVID-19 es más seguro
Finalmente las vacunas contra la COVID-19 están llegando a la población. Millones de dosis han sido suministradas en todo el mundo durante estas primeras semanas de campaña. En un despliegue sin precedentes la población de países muy distantes en todos los aspectos están realizando una labor conjunta para frenar la pandemia producida por el SARS-CoV-2.
Ya hay hasta tres vacunas circulando en el mundo. Tenemos las vacunas china y rusa que están aplicándose en sus países respectivos y tienen poca repercusión en el extranjero siendo sus países productores sus principales consumidores. Mientras que las vacunas americana y europea que han pasado controles de calidad cruzados y se extienden en ambos lados del atlántico con mayor velocidad. Todas estas vacunas tienen una eficiencia de inmunidad similar, aunque emplean métodos distintos para conseguirlo. Ya hablamos de los diversos mecanismos con los que cada una abordaba el problema en su propio artículo aquí.
Independientemente de esto existen preocupaciones obvias sobre las vacunas. No estamos hablando de la seguridad de las mismas, puesto que al menos las más internacionales han pasado controles sanitarios que han sido puestos a disposición del público para que se informe. Estamos hablando sobre si la vacuna funcionará para las diferentes cepas que existen en la actualidad, de las que hablamos aquí. O si funcionará para las posibles cepas que surjan en el futuro. En el caso de las cepas actuales la teoría es que sí funcionan, respecto a las futuras es imposile saberlo con certeza, pero todas las vacunas están hechas, obviamente, pensando en conseguir un producto de calidad, duradero y a prueba de mutaciones.
Otra preocupación, legítima, es si estas vacunas van a tener algún tipo de cruzamiento adverso con otras vacunas que se administran de forma más habitual. Nos referimos a la vacuna contra la gripe, por ejemplo, o con cualquiera de las vacunas que se aplican a los más jóvenes de forma rutinaria. En principio la respuesta a esta duda es que no hay ningún problema de consecuencia adversa por administrar varias de estas vacunas. Tenemos el caso de la vacuna triple vírica en la que se administran 3 vacunas en un solo “pinchazo”. Es más, ya avisaban algunos científicos que diversas vacunas contra otros coronavirus podían tener un efecto beneficioso contra el COVID. Si bien no inmunizaban podían ayudar al sistema inmune a defenderse mejor. Por lo que las conclusiones hechas desde las autoridades científicas son que no hay condiciones adversas por la vacunación contra la COVID-19 y por ejemplo la de la gripe, que es con la que más se ha especulado. Más bien todo lo contrario, desde hace tiempo los investigadores han estudiado la inmunidad cruzada por otras vacunas contra la COVID.
Todo esto surge de leer en redes y escuchar en medios de mala calidad informativa a gente sin preparación, incluso médicos, hablando de temas de los que desconocen la realidad. En estos tiempos de posverdad es importante ir a informarse a los canales autorizados, que ya no son la televisión, la radio o la prensa, sino la Organización Mundial de la Salud, o los diversos departamentos de Sanidad internacional.