Relacionan la contaminación con metales pesados con la COVID
Ríos de tinta se han escrito sobre la COVID-19, muchos de ellos en el calor de la pandemia. Sin embargo, en 2023 se lee poco en los periódicos, pero las publicaciones científicas siguen avanzando poco a poco. Y es que el SARS-Cov2 no nos ha abandonado, es solo que ya no es noticia que a principios de 2023 haya unos 9,9 millones de afectados por COVID a nivel global, sobre todo si tenemos en cuenta que es la primera vez que bajamos de los 10 millones desde que los superamos allá por el 2020.
En lo que más hemos ganado es en la detección de síntomas, en el tratamiento y en el diagnóstico. Sin embargo, las nuevas líneas pasan por saber las causas y las predicciones de evolución de los afectados. En este sentido, y al poco del comienzo de la pandemia, ya se observó ciertas pautas de vida que te llevaban con más frecuencia al área de cuidados intensivos del hospital. El sedentarismo, el tabaquismo, o padecer enfermedades respiratorias fueron las primeras relaciones que se encontraron con los casos más graves de la enfermedad. Posteriormente, también se encontró relación con la diabetes, o el grupo sanguíneo, e incluso se vieron diferencias entre hombres y mujeres, jóvenes, adultos y mayores.
Un nuevo estudio ha relacionado la gravedad de la enfermedad con la contaminación con metales pesados. La importancia de la contaminación en la salud no es nueva. Se habla de que la contaminación causa uno 9 millones de muertes directas al año. Arsénico, cadmio, mercurio y plomo son oligoelementos que el cuerpo no necesita, pero que sí se han detectado en muestras de sangre. Estos contaminantes se han relacionado con mayores probabilidades de contraer un cáncer, enfermedades neurológicas, de piel y respiratorias. La presencia de estos contaminantes se ha relacionado con diferentes y variadas infecciones víricas. Es por esto que su relación con casos más graves de COVID parece lógica, y se han publicado artículos científicos al respecto desde 2020. Además, el efecto negativo de estos compuestos sobre el sistema inmune está demostrado, por lo que su acción es doble, facilitando la entrada del virus y bajando las defensas del infectado.
Un nuevo estudio asocia a la probabilidad de contraer covid otros metales como oro, plomo, talio, rutenio, tántalo, manganeso. Todos estos metales son comunes en diferentes productos químicos como insecticidas y también en compuestos electrónicos y otros productos de la industria. Por otro lado, el hidrocarburo benzofluoranteno, un compuesto que se produce por la quema parcial de combustibles, también se ha relacionado con una mayor probabilidad de contraer la enfermedad. Por otro lado, cantidades elevadas en sangre de selenio y hierro, mostraron cierta protección contra la enfermedad. Posiblemente relacionados con sus actividades en procesos biológicos clave.
Es evidente que la mejor manera de tener bajas probabilidades de contraer covid, o de si se contrae superarlo es llevar una vida sana y una dieta equilibrada que nos permita enfrentar cualquier enfermedad con el sistema inmune preparado. Sin embargo, la contaminación del aire, el agua o de los alimentos que consumimos es difícil de controlar. Desde hace años se intenta reducir y buscar alternativas al uso de muchos de estos metales que además son caros para la industria. Por ejemplo, los acuerdos alcanzados en el Convenio de Minamata en 2017 han sido decisivos en la reducción del plomo de gasolinas y otros compuestos químicos de nuestro día a día.