Pérdida de olfato y gusto por COVID, qué nos dicen 2 años de estudios
Como si de un tifón se tratase, la COVID llegó a la humanidad con fuerza y desató grandes calamidades. Poco a poco hemos ido capeando el temporal y hemos llegado a buen puerto gracias al buen hacer de la población y al impulso de la ciencia por encontrar remedio. En la actualidad nos encontramos en una calma chicha en la que parece que no se avanza ni se retrocede, pero el viento tampoco sopla. Siguiendo con las metáforas marineras, ahora es tiempo de evaluar daños, reparar el barco y seguir navegando con las defensas izadas. Sin embargo, la evaluación de daños está dejando datos sorprendentes. Ya sabemos que la pérdida de olfato y gusto, sentidos muy relacionados, es común a las infecciones virales. Por ejemplo, la gripe puede causar pérdida de los sentidos. Entre el 40 y el 50% de los afectados por COVID cuando fueron a la consulta del médico dijeron que tenían el olfato o el gusto disminuido. En el caso del coronavirus pandémico hemos observado que el 25% de los afectados por COVID que pierden el olfato no lo recuperan tras un mes de la infección y datos similares se presentan para el gusto. Aunque la mayoría de los afectados ha perdido ambos sentidos, el olfato tiende a ser el primero que se pierde y el último en recuperarse. Según los estudios realizados, la recuperación es casi completa a los 6 meses tras la enfermedad, aunque un pequeño porcentaje de los afectados no llegará nunca a recuperar el olfato o el gusto.
Los estudios que se están realizando en la actualidad para evaluar los daños dejados por la marea covid muestras que el 5% de los afectados padece alteraciones en el sentido del olfato o del gusto. Aunque el 5% no sea mucho, si tenemos en cuenta que la enfermedad ha azotado a casi toda la población mundial, unos 550 millones de personas afectadas, vemos que el 5% de la población son unos 15 millones de personas. Un número muy similar a las muertes causadas por la enfermedad según datos de la OMS entre el 2020 y el 2021 o lo que es lo mismo, toda la población de Bolivia y Uruguay juntas. En cualquier caso, se cree que los afectados pueden ser muchos más que no han ido a consultas médicas por tales problemas. Pero, por otra parte, se espera que los que recaigan en la covid no pierdan el olfato gracias a que los tratamientos paliativos actuales son bastante eficientes y, por lo tanto, la enfermedad no empeora demasiado en la mayoría de los casos.
En cuanto al perfil del afectado, las mujeres tienen mayor probabilidad de ver los sentidos del olfato y del gusto comprometidos. Por otro lado, aquellas personas que lo pierden durante las fases iniciales de la infección son también las que tienen menos probabilidades de recuperarlos. En cualquier caso, la propagación del virus continúa, pero con la población vacunada y con todo el conocimiento adquirido durante estos años, la humanidad ve con mejores perspectivas afrontar una nueva tormenta de covid, ya solo nos queda capear el temporal con las nuevas medicinas, seguir remontando las olas (que ya llevamos siete u ocho y seguirán viniendo) y seguir el rumbo correcto para atravesar esta tormenta que no cesa.