Nuevos fármacos contra la COVID
A medida que pasa el tiempo van a apareciendo nuevos medicamentos y medicamentos ya conocidos que son eficaces para controlar la enfermedad causada por el virus SARS-CoV2. Los nuevos medicamentos tienen que pasar por las fases de pruebas conocidas y que las vacunas también pasaron. En este aspecto uno de los últimos en ser anunciados ha sido un medicamento israelí, denominado EXO-CD24, que ha aprobado con muy buena nota la fase II de pruebas médicas. De los noventa pacientes graves de COVID que fueron tratados el 93% consiguió sobrevivir. Esta eficacia para los casos más graves es una suerte de nueva esperanza y es que los medicamentos para los casos más graves son los que menos eficacia están demostrando. Este fármaco está basado en la proteína CD24, que interviene en la respuesta a señales externas mediante la activación de una cascada de citoquinas. La manipulación de esta proteína, tan bien conocida, ha permitido desarrollar un fármaco o péptido artificial que interfiere con la actividad natural de la proteína y evita de forma muy concreta uno de los pasos claves del colapso del sistema inmune durante la enfermedad.
Además de estos avances, se están realizando investigaciones con medicamentos antivirales que podrían tener un efecto positivo en el tratamiento de la COVID-19. Un ejemplo es el molnupiravir, un medicamento antiviral oral que se está probando en ensayos clínicos. Este medicamento, desarrollado por Merck y Ridgeback Biotherapeutics, ha demostrado en estudios preliminares que puede reducir la carga viral en pacientes con COVID-19. Aunque aún se necesitan más pruebas, estos resultados son prometedores.
Por otra parte muchas pruebas se están llevando a cabo con medicamentos conocidos (y que por lo tanto ya han pasado todas las fases de pruebas médicas sobre su seguridad) y tan solo tiene que comprobarse su eficacia para detener la enfermedad. Hay que recordar que a diferencia de la vacuna, que es preventiva, estos medicamentos estarían destinados a evitar lo más crudo de la enfermedad a las personas que están hospitalizadas y en muchas ocasiones intubadas a causa dela insuficiencia respiratoria asociada a la COVID-19. Este mismo agosto la OMS informó de que se empezarían a probar 3 nuevos fármacos específicamente para la COVID. Artesunato, imatinib e infliximab, como así se llaman los medicamentos, serán probados en pruebas piloto en más de 52 países en el marco del proyecto Solidaridad.
Además, se están explorando otras vías de tratamiento, como los anticuerpos monoclonales. Estos son medicamentos que imitan la capacidad del sistema inmunológico para combatir el virus. Algunos de estos tratamientos, como el bamlanivimab y el etesevimab, han recibido autorización de uso de emergencia en algunos países para el tratamiento de la COVID-19.
Estos medicamentos ya se habían usado para contrarrestar enfermedades, por ejemplo el artesunato está aprobado para el tratamiento de los casos más graves de malaria. Las semejanzas en los procesos de la enfermedad han llevado a comprobar si también funciona para la COVID. El imatinib, por otro lado, es un fármaco que lleva usándose algunos años para tratar determinados tipos de cáncer. Finalmente, el infliximab es uno de los fármacos que se emplean para tratar los problemas derivados de la enfermedad de Crohn entre otras enfermedades que afectan al sistema inmunológico. Las 3 farmacéuticas que producen estos medicamentos (Ipca, Novartis y Johnson & Johnson) han donado las dosis necesarias para llevar a cabo las nuevas fases clínicas de los tratamientos contra COVID-19.
Dentro del marco del proyecto Solidaridad se probaron durante 2020 4 fármacos, que por desgracia no mostraron ningún efecto significativo en el tratamiento de COVID. Seguramente te suenan porque se dio mucho bombo a algunos de ellos. Fueron el remdesivir, la hidroxicloroquina, el lopinavir y el interferón. Y otros como la dexametasona que sí han mostrado su eficacia. Queda por ver si con esta nueva tanda de medicamentos hay más suerte.
En todo caso desde la OMS y las delegaciones de los distintos países recuerdan que tener un amplio abanico de fármacos para tratar una enfermedad es importante tanto para evitar los casos más graves como para todos los diferentes estadios de la enfermedad que puede tener un paciente y las secuelas que muchas enfermedades pueden dejar en los pacientes.