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Sistema o aparato circulatorio: Importancia y funciones

Publicado por Ramón Contreras

El sistema circulatorio es un conjunto de tejidos que tiene cuyo objetivo hacer llegar los nutrientes a todas las partes del cuerpo de un ser vivo complejo y retirar los productos de la descomposición potencialmente tóxicos para que sean expulsados del cuerpo. Todos los seres pluricelulares tienen que tener sus células coordinadas para crecer y desarollarse, mientras que los pluricelulares más sencillos lo consiguen por contacto directo entre las células, en los organismos más complejos este intercambio de información se realiza mediante el sistema circulatorio. Tanto los animales como las plantas tienen sistemas circulatorios y dentro de los animales se encuentran diferentes versiones de estos en los mayores grupos evolutivos, tanto en vertebrados como invertebrados. Que esté presente en vegetales y animales ya da una pista de lo necesario que es implementar este tipo de sistemas para por funcionar en organismos complejos.

En animales, el sistema circulatorio que todos pensamos es el que lleva la sangre, principal tejido conectivo del cuerpo. En realidad, para ser justo a las definiciones acertadas el conjunto de la sangre, las venas, las arterias, los capilares y el corazón debería decirse aparato circulatorio, puesto que el sistema circulatorio involucraría a todos los tejidos. Porque, si lo piensas bien verás que también los sistemas digestivo, urinario, linfático y el sistema respiratorio intervienen conjuntamente con el circulatorio para expulsar los productos de deshecho e incorporar nuevos elementos. Sin embargo es la sangre como tejido y el sistema de corazón, venas y arterias el que rige todo el conjunto.

En la sangre viajan los alimentos y el oxígeno que necesitarán todas las células del cuerpo para mantenerse vivas. El aparato circulatorio deberá recorrer todo el cuerpo casi casi a nivel de célula a célula para distribuir todo. No obstante, los capilares no llegan a todas las células sino que el contenido de estaos se extravasa a los tejidos. Además, en la sangre también viajarán todos los productos metabólicos que puedan ser tóxicos ya sean compuestos orgánicos, como inorgánicos, como pueden ser los radicales de nitrógeno que se expulsarán en la urea o el CO2 que se expulsará en los pulmones.

El aparato circulatorio es un gran todo, una maquinaria perfectamente engranada con el resto de sistemas para mantener el cuerpo en funcionamiento. Además, los distintos órganos se aprovechan de la existencia del sistema circulatorio para mandar señales a otros órganos con los que necesitan colaborar. Las señales hormonales desde las glándulas secretoras distribuidas por todo el cuerpo vierten sus productos a la sangre para comunicarse a distancia con otros tejidos.

Finalmente, y no por ello menos importante, el sistema circulatorio es indispensable para el funcionamiento del sistema inmune. En el torrente sanguíneo viajan constantemente infinidad de células inmunitarias como los glóbulos blancos y los anticuerpos. Pero no es oro todo lo que reluce, los virus y las bacterias (y en ocasiones otras enfermedades como el cáncer) también se aprovechan de la gran movilidad que otorga el sistema circulatorio para llegar a gran número de órganos rápidamente. Afortunadamente, el torrente sanguíneo lleva inexorablemente al hígado, donde todas estas cosas deberían ser filtradas y marcadas para su destrucción.