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Sistema circulatorio en vegetales

Publicado por Ramón Contreras

Las plantas tienen un sistema circulatorio que cumple las mismas funciones que en los animales: transportar moléculas y energía para el mantenimiento y la síntesis de estructuras. Aunque no es como el de los animales en el que se bombea sangre, en el caso de las plantas el líquido en el que circulan los compuestos se denomina savia.

El sistema circulatorio de los vegetales tiene que recorrer la planta en dos direcciones: de arriba a abajo y de abajo a arriba. Las raíces recogen agua del medio y nutrientes minerales que son necesarios para la vida de la planta y deben llegar a las hojas. Desde las hojas, el tejido formador de material orgánica de los vegetales, tiene que llegar a las raíces la energía y las moléculas orgánicas para que las raíces puedan seguir creciendo. Además entre ambas zonas hay intercambio de moléculas de señalización que comunican la parte aérea y la subterránea para establecer todos los procesos vitales como el crecimiento o la floración, estas sustancias son las fitohormonas.

Los vegetales son seres vivos mucho más ordenados que los animales. Su sistema circulatorio es un reflejo de este hecho. Los tejidos de conducción de las plantas vasculares se denominan xilema y floema. El xilema transporta la savia bruta y viaja de las raíces hasta las hojas. Por el contrario el floema lleva la savia elaborada desde las hojas hacia las raíces. Estos tejidos forman haces vasculares en el interior de los tallos y troncos. Le más de ellos en sus propios artículos xilema (próximamente) y floema (próximamente).

El sistema de transporte de los haces vasculares es diferente que el que tiene lugar en los animales. Para mover la savia no existe ningún órgano para bombearla, ni la planta gasta energía para mover toda la savia. Para bajar la savia elaborada es fácil entender que baja por los vasos de transporte por gravedad y a favor de gradiente, puesto que en la parte inferior de la planta hay menos moléculas orgánicas.

Por el contrario la savia bruta presenta varios problemas para subir. En muchos vegetales de gran tamaño la savia bruta tiene que subir más de 30 o 60 metros desde las puntas de la raíz hasta las hojas más altas. Existen varias teorías físicas aplicables a la subida de la savia bruta.

La savia se aprovecha de varias propiedades físicas de los sistemas de vasos comunicantes. En primer lugar, las hojas tienen los estomas abiertos, permitiendo la evotranspiración, en la que se pierde agua por las hojas, permitiendo la subida de nueva savia bruta.

El xilema forma tubos continuos desde las raíces hasta las hojas, si una herida rompe la continuidad del tubo se ha de reparar antes de poder seguir transportando savia. En las raíces se da un proceso de presión radical, las raíces cogen agua y sus células tienen unas paredes celulares muy resistentes, por lo que el agua tiene a luir hacia donde hay menor presión, hacia arriba. Además la savia sube por capilaridad, esto es un efecto físico de los tubos, cuanto más estrechos son los tubos el líquido sube por tensión hasta mayor altura. Según la teoría de la imbibición, para ayudar a este proceso las células del xilema ponen en sus paredes compuestos hidrofílicos, como la celulosa que atraer al agua.