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Introducción a los Leucocitos o glóbulos blancos

Publicado por Ramón Contreras

Los glóbulos blancos o leucocitos son un conjunto de tipos celulares cuya función conjunta es la de defender el organismo frente a la intrusión de cuerpos extraños, ya sean estos organismos o toxinas. Los glóbulos blancos viajan en la sangre y son capaces de atravesar la pared de los vasos sanguíneos para entrar en los diferentes tejidos ante señales de invasión. Los leucocitos son, junto con las plaquetas y los eritrocitos o glóbulos rojos, los tipos celulares propios de la sangre. Sin embargo, en mamíferos son el único tipo celular de la sangre que es nucleado.

El número de leucocitos en sangre es variable. Su número aumenta cuando ocurre una lesión o una enfermedad. En un ser humano sano se pueden encontrar entre cuatro mil y diez mil millones de leucocitos por litro de sangre.

Origen y formación: la formación de este tipo celular se denomina leucopoiesis y se estimula ante la presencia de agentes patógenos. Los leucocitos se forman en la médula ósea, como los otros tipos celulares de la sangre. Para su formación los hemocitoblastos, las células no diferenciadas que darán lugar a los diferentes tipos de leucocitos, deben recibir señales hormonales de tipo citosinas, interleucinas. Dependiendo de las señales que reciban las células en formación irán adquiriendo las características de uno u otro grupo de glóbulos blancos a medida que van sucediéndose las divisiones celulares. En general los leucocitos granulares (eosinófilos, neutrófilos y basófilos) derivan todos del mismo tipo celular, las células madre mieloicas. Mientras que los tipos agranulares provienen los linfocitos de las células madre linfoicas y los macrófagos errantes de las células madre mieloicas.

Los leucocitos se tiñen diferencialmente de los glóbulos rojos con la tinción de Wright

Los leucocitos se tiñen diferencialmente de los glóbulos rojos con la tinción de Wright

Dependiendo de su papel en el sistema inmune los leucocitos presentan diferencias celulares. Los neutrófilos, cuyo núcleo presenta una forma no redondeada con lóbulos se encarga de atacar a bacterias y hongos. Este tipo de glóbulos blancos son los más frecuentes en la sangre y representan algo más del 60% de los leucocitos. A continuación los eosinófilos que se encargan de la respuesta alérgica y la defensa contra grandes parásitos, su tamaño es similar al de los neutrófilos, alrededor de 11 micras. Representan una pequeña fracción de los leucocitos, el 2,5% y se diferencian morfológicamente por su núcleo con solo dos lóbulo o bi-lobulado. Los basófilos, que intervienen en la respuesta a las alergias son bi o trilobulados y representan tan solo menos del 0,5% de los leucocitos. Los linfocitos son el 30% y su tamaño es de unas 8 o 15 micras. Existen varios tipos de linfocitos (linfocitos T, B, citotóxicas, etc.) son los encargados de liberar anticuerpos y de la respuesta inmune innata y la adaptativa. Su núcleo ocupa gran parte del volumen celular. Los monocitos son los leucocitos capaces de atravesar la pared de los vasos sanguíneos y entrar en otros tejidos. Son el 5% de los leucocitos y su núcleo tiene una forma arriñonada. Los monocitos y los neutrófilos son los encargados de eliminar los restos celulares, tanto de células muertas propias, como de invasoras. Para ello crean vesículas en su interior donde se degradan los restos. Muchos virus atacan al sistema inmune metiéndose en estas vesículas y infectando a estos tipos celulares.