Más cerca de desentrañar el origen de la Vida: el ARN puede formarse en volcanes
El origen de la vida es un tema fascinante sobre el que han corrido ríos de tinta. Desde la aparición de la vida, que datamos con el registro fósil hace unos 3.700 millones de años hemos obtenido exactamente eso, fósiles. Ya sea de tamaño microscópico o macroscópico hemos logrado encontrar fósiles que nos han ayudado a entender la evolución de las formas de vida de la Tierra. Es gracias a ellos que podemos establecer los mejores ejemplos sobre la evolución y los procesos de adaptación. Sin embargo, la historia se vuelve oscura cuando pasamos esa fecha tan lejana. No sabemos qué había antes de 3.700 millones de años. Es normal si tenemos en cuenta el tiempo que ha pasado, pero resulta de cierta importancia si queremos comprender realmente “El origen de la vida”. Si al proceso de originar vida se le llama biogénesis, todo lo que llevó hasta ese punto a partir del cual podemos decir que hubo un ser vivo, se denomina abiogénesis. El problema es que hasta las formas de vida más sencillas son tremendamente complicadas. Las formas de vida que conocemos están formadas por proteínas, material genético y toda una serie de accesorios que les permiten vivir en la actualidad. La cuestión es cómo empezó todo.
Pues bien, una de las hipótesis más respaldadas por la comunidad científica es que el ARN fue la primera molécula en estar “viva”. Antes de seguir hay que hacer un inciso de que es estar vivo. En biología lo definimos como la capacidad de replicarse y dar una generación siguiente. Las proteínas no tienen poder autoreplicativo y el ADN requiere principalmente proteínas para hacerlo. Sin embargo, el ARN (al menos unos ARN determinados) es capaz de hacer copias de sí mismo y propagarse durante el tiempo. Así que si tomamos esta hipótesis solo nos quedaría conocer como se formaron estas moléculas de ARN.
El artículo «Catalytic Synthesis of Polyribonucleic Acid on Prebiotic Rock Glasses» publicado en la prestigiosa revista Astrobiology a principios de Junio del 2022 revela que en los cristales basálticos volcánicos se pueden llegar a formar cadenas de ARN de 300 bases, y eso ya es una cadena considerable. Este descubrimiento refuerza la hipótesis del ARN como primera molécula viva, puesto que hace 4.000 millones de años la Tierra estaba plagada de volcanes activos. Además, según los investigadores, es un experimento fácilmente replicable, incluso en condiciones de laboratorio escolar. En esas condiciones de energía y temperatura y gracias a la estructura del cristal de basalto las bases nitrogenadas sueltas se pueden encadenar formando el ácido ribonucleico, al juntarse con el azúcar (ribosa) y con el grupo fosfato. A su vez, todos estos compuestos son de relativa facilidad para sintetizarse de forma espontánea en esas condiciones ambientales.
Finalmente, este estudio demuestra que en unas condiciones de Tierra primitiva podría haber surgido la vida, o al menos su primer escalón. El artículo se publica en una revista de astrobiología, pues en ella es donde tienen cabida las investigaciones sobre el inicio de la vida en nuestro planeta y en otros. Por eso el artículo sigue comentando que esas mismas condiciones también se dieron en Marte y que, por lo tanto, allí también podría haber surgido vida del mismo modo que aquí. Lee sobre la vida en Mercurio y Venus también si te interesa el tema.