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Vida en Venus, descubierta fosfina de posible origen biológico

Publicado por Ramón Contreras

La vida más allá de la esfera azul pálido en la que viven los seres humanos es una hipótesis más que posible si tenemos en cuenta la inmensidad del universo. Sin embargo, desde hace algunos cientos de años se especula con la existencia de formas de vida en lugares mucho mas cercanos que otras estrellas, la más cercana se encuentra a varios años luz del sistema solar. Los otros planetas del sistema han sido estudiados y se ha planteado la posibilidad de existencia de vida en ellos. Ya lle hemos dedicado un artículo a las posibilidades de vida en Mercurio (próximamente) y otro a las condiciones del mismo Venus para albergar vida tal y como la conocemos en la Tierra (próximamente) .

A colación de las condiciones de Venus, se cree que hace millones de años las condiciones del planeta vecino podrían haber sido ideales para que apareciera la vida. A partir de ese momento y hasta ahora podría haberse desarrollado para adaptarse a las condiciones, nada ideales, que el planeta tiene en la actualidad.

Un estudio con nuevos e interesantísimos datos liderado por la profesora Greaves ha sido recientemente publicado, en septiembre de este año 2020. Mostraba que gracias a mediciones de absorción de luz se había establecido con dos observatorios diferentes que en Venus había una molécula cuya presencia resultaba cuando menos curiosa. Estamos hablando de la fosfina. Este compuesto se encuentra formando una capa a una altura de unos 55 km sobre la superficie rocosa del planeta, y en cantidades pequeñas en términos planetarios, 15 partes por mil millones de partículas atmosféricas.

La fosfina, molecularmente PH3, es un gas incoloro con un fuerte olor de ajos o pescado podrido que resulta letal o al menos tóxico para gran parte de los animales. De hecho, la industria agrícola lo sintetiza y lo utiliza como insecticida de amplio espectro. Aunque hay que manejarlo con cuidado puesto que para el ser humano también es tóxico. En la tierra, quitando la generación por procesos industriales, la fosfina se encuentra como parte del metabolismo secundario de microorganismos que viven en el intestino de mamíferos o aves. Por lo que una de las hipótesis que se barajan para su presencia en la atmósfera de Venus sea biológico.

Sin embargo, las cualidades geológicas y astronómicas de Venus hacen posible la generación de este compuesto por medios despreciables en la tierra. Se trabaja también con la hipótesis de un posible origen geológico. Si bien el origen volcánico parece poco probable, existen otros mecanismos físicos para conseguir fosfina. La industria genera fosfina sometiendo residuos de hierro con fósforo -denominados fosfuros-. Los fosfuros pueden reaccionar con la presencia de agua para formar fosfina de forna no biológica. Sin embargo, los ácidos son capaces de catalizar esta reacción tres veces más deprisa que la corrosión acuosa. En este aspecto cabe recordar que la atmósfera de Venus cuenta con una grandísima cantidad de ácido sulfúrico en forma de gas que sería ideal para esta conversión. A esto se suman las observaciones de la actividad volcánica de Venus, que sugieren la liberación de residuos de hierro con fosfato a la atmósfera desde el manto del planeta.

Aunque por el momento las dos hipótesis están en el aire, lamentablemente la proposición del origen geológico parece más plausible. Esto no quita la grandeza de encontrar fosfina en la atmósfera de Venus puesto que nos ayuda a comprender como funciona la química en otros planetas y ayuda a avanzar a la astrobiologia y la rama de la misma que intenta establecer las moléculas que consideramos marcadores de organismos vivos.