La teoría de Oparin del origen de la vida
La biología es la ciencia que estudia la vida en toda su complejidad. Sin embargo, sabemos que la vida, tal y como la conocemos ha ido cambiando, evolucionando, hacia formas más complejas. Los procariotas evolucionaron en eucariotas, los unicelulares en pluricelulares, los primates en homínidos, etc. En todos estos cambios siempre se ha partido de un ser vivo para dar otro. La cuestión es que en algún momento de toda esta evolución y cambio se debió pasar de la materia no viva hasta lo que conocemos por seres vivos.
Muchos son los autores que han tratado de explicar el origen de la vida. Alexandr Oparin, biólogo ruso de principios del siglo XX propuso una de las primeras teorías no creacionistas. A finales del siglo XIX quedaban desmontadas las teorías de la generación espontanea con los trabajos de Pasteur y Spallanzani. Las teorías darwinistas indicaban un origen común último de la vida. Así que era el momento de descubrir cómo se pasó de la abiosis a la vida.
A principios del siglo XX Oparin ya intuía gracias al registro geológico las condiciones de la tierra primitiva. La superficie del planeta tenía una gran actividad volcánica, temperaturas muy elevadas, tormentas con relámpagos y rayos UV que incidían en la tierra puesto que capa de ozono todavía no existía, con grandes concentraciones de metano, hidrógeno y amoniaco. Además la actividad volcánica debía haber saturado una atmosfera, todavía en formación, de vapor de agua que precipitaría. En esas condiciones con grandes energías liberándose del planeta el metano (CH4), el hidrogeno y el amoniaco (NH3) pueden interaccionar formando aminoácidos, las moléculas básicas para crear proteínas.
De la misma manera los diferentes aminoácidos se unirían entre sí (por enlaces peptídicos), con las mismas energías para formar moléculas cada vez más complejas. Estas moléculas orgánicas se irían acumulando en una escala de tiempo geológico enorme. Finalmente estas moléculas forman agregados de forma natural, llamados por Oparin coacervados, definiendo un espacio separado del medio. De esta forma, mediante la incorporación de moléculas más sencillas (una forma primitiva de heterotrofia) proponía Oparin el surgimiento de la vida, en contraposición a otras teorías de la época que proponían a los autótrofos fotosintéticos como primeros moradores de la tierra.
La teoría de Oparin no incluía la aparición del ADN porque todavía no estaba descubierto cuando él formuló su teoría del origen de la vida. Sin embargo, con el descubrimiento del ADN en 1953, se pudo entender mejor cómo las moléculas orgánicas podrían haber evolucionado para formar estructuras más complejas y cómo la información genética podría haber sido transmitida de una generación a otra. A pesar de no haber incluido el ADN en su teoría original, Oparin reconoció su importancia y adaptó su teoría para incluirlo.
Cuando Oparin formuló su teoría, se había demostrado durante el siglo XIX la formación química en laboratorio de aminoácidos, azucares y ácidos grasos en las condiciones hipotéticas (con descargas eléctricas) que se suponen había en la superficie de la tierra entre 4.400 y 2.700 millones de años. Es por eso que su teoría deja en el aire como se formó el material genético, indispensable para denominar a los seres vivos. En contra de la formación de los coacervados al azar, sin dirigir por un material heredable, suponía que la formación de la primera célula había sido al azar. El problema era la escala de tiempo requerida para esto, que estaba en contra de la teoría darwinista de la evolución, mucho más rápida.
A pesar de las críticas, la teoría de Oparin ha tenido un impacto significativo en nuestra comprensión del origen de la vida. Su idea de que la vida se originó a partir de la materia orgánica en las condiciones de la Tierra primitiva ha sido respaldada por una serie de experimentos, incluyendo el famoso experimento de Miller-Urey en 1953. Este experimento demostró que las condiciones de la Tierra primitiva podrían haber permitido la formación de aminoácidos, los componentes básicos de las proteínas, a partir de sustancias inorgánicas.
Posteriormente y abordando el problema desde el punto de vista biológico existe la teoría de LUCA (el Ancestro Común Evolutivo Último, Last Universal Common Antecesor). En él ya están presentes los ARN necesarios para generar copias de sí mismo y crear las estructuras de defensa de este material hereditario. Lee más sobre él aquí (próximamente). Aunque la teoría de Oparin no proporciona todas las respuestas, ha sido fundamental para establecer las bases de la investigación actual sobre el origen de la vida.