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Las orquídeas

Publicado por Ramón Contreras

Las orquídeas son las segundas plantas angiospermas más importantes en cuanto a diversidad de especies. El primer puesto se lo disputa con las plantas compuestas (de las que puedes saber más aquí) y el tercero y cuarto puesto corresponde a las leguminosas y a las gramíneas respectivamente, de las que puedes saber más leyendo nuestro artículos aquí y aquí. Las orquídeas son muy apreciadas debido a la belleza y complicada forma de sus flores.

Filogenia e historia evolutiva: existen de forma natural entre 25.000 y 30.000 especies de orquídeas distribuidas en 800 géneros. Además alrededor de 50.000 híbridos se pueden conseguir mediante técnicas de horticultura. Las orquídeas forman la Familia Orchidaceae, del orden Orchidales, Clase Liliopsida, dentro de la división Magnoliophyta. Aparecieron hace unos 80 millones de años. Durante la evolución de la familia las orquídeas han desarrollado el sistema metabólico ácido de las crasuláceas (CAM) al menos 10 veces, sistema fotosintético para evitar la fotorespiración.

La especie Orchis italica tiene flores en racimo.

La especie Orchis italica tiene flores en racimo.

Descripción: sus hojas tienen las características propias de las monocotiledóneas, de forma ovalada con nerviación paralela. En las especies epífitas las hojas suelen ser de pequeño tamaño. Las orquídeas se caracterizan por sus intrincadas flores, normalmente solitarias, con estrategias muy especializadas para atraer a los insectos polinizadores. Sin embargo la estructura de las flores es muy concreta, tiene una estructura zigomorfa (un único plano de simetría). Las orquídeas juegan con los colores y las formas de sus 2 pétalos, sus 3 sépalos (a veces fusionados) y el labelo, de forma que a veces para conseguir que las polinicen parte de esta última pieza adopta la forma de una mosca o secretar “recompensas” sustancias olorosas para atraer a sus polinizadores. Además normalmente el labelo funciona como pista de aterrizaje por lo que tiene señales visuales y olorosas para facilitarlo.

El 70% de las orquídeas son epífitas, viven sobre otras plantas, por lo que se caracterizan por sus raíces finas que se introducen en el tronco. Las terrestres, todas las orquídeas ibéricas, presentan en ocasiones raíces bulbosas gracias a las cuales permanecen bajo el suelo durante la época desfavorable, puesto que todas ellas son perennes.

Distribución y Hábitat: las orquídeas se extienden por todo el mundo a excepción de los desiertos y los polos. Están presentes desde el nivel del mar hasta los 5000 metros, siendo más diversas y muchas veces las plantas dominantes en áreas tropicales y subtropicales. Son el 8% de todas las plantas con flores.

Reproducción: las orquídeas florecen una única vez al año. Sus semillas son extremadamente pequeñas y produce miles de millones de ellas dispersadas por el viento. Uno de los problemas a los que tienen que enfrentarse las orquídeas, por culpa de su especialización es que la semilla muchas veces necesita de un hongo que provea nutrientes al embrión para poder germinar.

El 97% de las orquídeas necesita un polinizador animal, muchas veces uno concreto. Las orquídeas recompensan con néctar, polen o aceites esenciales a sus polinizadores, aunque algunas se aprovechas de sus polinizadores atrayéndoles a trampas para cubrirlos de polen. La especialización es tal que algunas orquídeas tienen una única especie que es capaz de llegar hasta el polen, de esta manera se aseguran que su polen irá a parar a una orquídea de la misma especie. Tanta especialidad puede suponer un problema puesto que supone que una especie animal visitará con regularidad las flores, cosa que muchas veces no pasa.

Usos humanos: las orquídeas se usas de forma tradicional como ornamento y algunas de ellas son medicinales. La vainilla es sin duda la de mayor importancia económica debido a su interese gastronómico.