Qué son las Enfermedades autoinmunes
Las enfermedades de tipo autoinmune son aquellas caracterizadas por un problema de reconocimiento de proteínas o compuestos propios del organismo por el sistema inmune del individuo. Estas enfermedades suelen ser graves y su tratamiento es complicado y muchas veces es imposible curar al paciente, debido a que es su propio sistema de defensa el que está atacando a las células de su cuerpo. A pesar de que estas enfermedades son muy poco comunes, en los últimos años se han llegado a listar unas 80 enfermedades. Dentro de la población mundial se ha visto que las mujeres de etnias africana o americanas (tanto indígenas del norte como del sur del continente) tienen mayor propensión a contraer este tipo de enfermedades. La causa de esto es desconocida, pero puede tener algún tipo de relación el hecho de que estas enfermedades suelen ser hereditarias. Es posible que en algún punto de la evolución de estas razas aparecieran variaciones en su sistema inmune que se han conservado.
Los globulos blancos, teñidos de azul, son los encargados de mantener el cuerpo a salvo de infecciones.
Se han clasificado las enfermedades autoinmunes en dos tipos dependiendo de los órganos que se vean afectados. Las sistémicas son aquellas que afectan a varios tejidos de diversos órganos como resultado del reconocimiento equivocado de antígenos no específicos, que están presentes en varios tipos celulares. En estos casos los anticuerpos suelen reconocer proteínas de membrana que se encuentran en todos los tipos celulares. Unos ejemplos de este tipo de enfermedades autoinmunes son la celiaquía o el Lupus, del que puedes leer más en su artículo aquí .
Por otro lado existen enfermedades autoinmunes que se caracterizan por afectar a un órgano o tejido determinado. En este grupo se encuentran por ejemplo la enfermedad de Crohn la diabetes mellitus tipo 1, en la que el sistema inmune ataca exclusivamente a las células beta del páncreas. Puedes leer más sobre este tipo de diabetes en su propio artículo aquí.
En una enfermedad de este tipo los glóbulos blancos del sistema inmune reconocen partes de proteínas propias del organismo como extrañas y desencadenan una reacción inmune contra ellas. El problema es que el cuerpo sigue produciendo esas proteínas, que le son necesarias, por lo que el sistema inmune no deja nunca de atacarlo. Los anticuerpos (inmunoglobulinas tipo Y) que presentan los glóbulos blanco tienen una región variable. Dependiendo de las mutaciones de esta región hacen posible que un glóbulo blanco sea capaz de reconocer moléculas extrañas que nunca había visto antes (puesto que pertenecen a patógenos exteriores). El problema surge de que la región variable al crearse reconoce un dominio proteico del propio cuerpo y ahí es cuando se da la reacción autoinmune.
Los síntomas de estas enfermedades son los característicos de cualquier infección, salvo que persisten en el tiempo y acaban desencadenando otros problemas propios de los órganos afectados. Los síntomas más comunes son la fatiga, fiebre, dolor articular y erupción cutánea. Al tener una sintomatología tan extensa las pruebas médicas para reconocer una enfermedad de este tipo han de estar muy enfocadas a cada una de las enfermedades, por lo que es complicado diagnosticarlas. El tratamiento suele ser complicado e intenta reducir los síntomas y controlar los brotes de ataque autoinmune, por lo que suelen ser muy especializados dependiendo no solo de la enfermedad sino del propio paciente.