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El peligro de las infecciones alimentarias durante el embarazo

Publicado por Ramón Contreras

Durante el embarazo en el cuerpo de la mujer se llevan a cabo importantes cambios. No solo el hecho de estar formando un nuevo individuo en su interior sino que además, a fin de poder sostener el crecimiento del embrión la mujer altera su metabolismo y su sistema inmune de forma notable, estando levemente reprimido, lo que facilita la aparición de enfermedades.

Existen varias recomendaciones a las embarazadas en cuanto a posibles cambios en su dieta habitual que tienen una base, principalmente sanitaria, para ella y para su feto. Muchas de estas recomendaciones se siguen sin saber exactamente cuál es el motivo de ellas y esto puede ocasionar en ocasiones confusión, falta de compromiso al seguir estas pautas o incluso puede llevar a crear unas pautas sin ninguna base científica. Veamos pues algunas de las recomendaciones más habituales y su motivo:

A las embarazadas una de las primeras cosas que se les suele quitar es la carne cruda. Embutidos, patés caseros y en general carne ahumadas, poco o nada cocinada se les recomienda que la eliminen durante el embarazo de su dieta. El motivo es que estos alimentos pueden contener patógenos que, en caso de contraer la enfermedad, pueden afectar al feto. Por ejemplo la toxoplasmosis es una infección ocasionada por los protozoos de la especie Toxoplasma gordii, que pocas veces causa la muerte. Sin embargo, en las embarazadas puede ocasionar el aborto, incluso en embarazos muy avanzados. Puedes leer más sobre la toxoplasmosis en su propio artículo aquí.

Es recomendable prescindir de estos productos tan suculentos durante el embarazo.

Es recomendable prescindir de estos productos tan suculentos durante el embarazo.

Del mismo modo se recomienda que se eviten los productos lácteos basados en leche cruda o sin pasteurizar, como por ejemplo los quesos poco curados, como el brie, el camembert, o el requesón o los vegetales sin lavar. Todos estos productos es mejor cocinarlos si se desea comerlos. En ellos puede haber bacterias de Listeria monocytogenes, causantes de trastornos intestinales fuertes y que, nuevamente, puede causar el aborto u otros problemas fetales que pueden dar lugar a retrasos mentales. La listeriosis puede cogerse también por el agua, de animales y vegetales, pero en el ser humano los productos lácteos de leche cruda son la fuente más frecuente. Puedes leer más sobre la listeriosis en el artículo que le dedicamos aquí.

El huevo crudo también suele eliminarse de la dieta de las embarazadas, puesto que la salmonelosis es común en los productos con huevo crudo en mal estado. Al igual que las dos infecciones anteriores que se han comentado durante el embarazo es especialmente peligrosa, puesto que la salmonelosis causa una fuerte deshidratación que puede llegar a ocasionar el aborto del feto. Puedes leer más sobre la salmonelosis en el artículo que le dedicamos aquí.

Todas estas infecciones alimentarias no son exclusivas de las embarazadas y pueden ocasionar problemas a cualquier persona. Sin embargo, las embarazadas tienen el sistema inmune deprimido y en ellas la infección puede cursar más rápida y violenta. En general las embarazadas deben intentar no sufrir infecciones alimentarias puesto que si se agravan pueden ocasionar el aborto espontáneo del feto con frecuencia. Este artículo es solo un repaso a ALGUNAS de las recomendaciones médicas para las embarazadas. En ningún caso debe tomarse como una lista de referencia para la dieta durante el embarazo. Para ello se recomienda acudir a un especialista.