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Toxoplasmosis

Publicado por Ramón Contreras

Una de las enfermedades que la mayoría de gente conoce a raíz de quedarse embarazada (o su pareja) es la toxoplasmosis. Esta enfermedad es una infección de origen bacteriano causado la bacteria Toxoplasma gordii. Aunque en adultos humanos esta enfermedad cursa de forma leve y no tiene especial importancia, sí puede resultar fatal en fetos humanos y por otra parte en gatos. Esta bacteria no solo infecta a estos seres vivos, sino que es capaz de infectar a gran variedad de especies de animales homeotermos. En términos clínicos se denomina toxoplasmosis a la infección que causa efectos clínicos en el paciente, normalmente inmunodeprimidos, como los pacientes de VIH no tratados con antirretrovirales. Mientras que la infección por toxoplasma es el término que se usa cuando no causa síntomas. Cuando afecta a un feto, a través del intercambio de sangre con la madre, se denomina toxoplasmosis congénita.

En el ser humano se ha observado que alrededor del 80 y 90% de los casos infectados cursa sin síntomas. Este es el caso más complicado de reconocer pues como mucho puede causar malestar general, dolores de cabeza o fiebre. Entre los casos clínicos el 40% de ellos son afectados por SIDA, esta infección aguda causa unos síntomas similares a la gripe o la mononucleosis. Los síntomas apreciables son fiebre, malestar general, inflamación del hígado y del bazo. En estos casos pueden permanecer quistes en los tejidos afectados, aunque dejen de causar síntomas y causa una enfermedad crónica, que puede volver de forma recurrente y a partir de los quistes infectar al feto. Además, la infección puede afectar a los ojos, sobre todo a la retina y la úvea.

Gracias a que el cuerpo humano sano puede crear anticuerpos específicos para combatir T. gordii. Estos anticuerpos son suficientes para detener la enfermedad, además la presencia de los anticuerpos en la sangre se emplea para diagnosticar si ya se ha pasado la enfermedad. Una vez pasada la enfermedad el cuerpo cuenta con los anticuerpos y contraer la enfermedad durante el embarazo no es tan peligroso. Por suerte el parasito es sensible a los antibióticos comunes de las familias de las pirimetamina y las sulfaminas.

Como muchas enfermedades animales se transmiten al ser humano por contacto con animales contaminados, es pues, una zoonosis. El gato y otros felinos son el reservorio de la enfermedad y la principal vía de contagio al humano. Para evitar su contagio a las mujeres embarazadas se les recomienda no entrar en contacto con heces de gato, comida y agua contaminada o de tratamiento defectuoso, así como no comer carne cruda. Por tanto, para evitar contraer la enfermedad se recomienda cocinar la carne a más de 66 ºC o congelada más de 24 horas.

Cuando la placenta está infectada puede ser una causa de infección o reinfección del feto, el tiempo estimado de transmisión de una a otro es muy variable, situándose entre las 4 y las 16 semanas, siendo más fácil la infección cuanto mayor es el tiempo de la gestación. Durante el tercer trimestre la infección ocurrirá con un 60%, mientras que durante el segundo trimestre es solo del 30% y del 15% durante el primer trimestre.