Campylobacter una bacteria común en las infeciones alimentarias
Según la Organización Mundial de la Salud, las bacterias del género Campylobacter son la causa más común de infecciones bacterianas diarreicas del intestino. Estas bacterias causan más infecciones al año que las muy conocidas Salmonellas. Tanto en los países desarrollados como en los en desarrollo son más frecuentes en niños menores de dos años y en gente de edad avanzada y personas con inmunodepresión. Estas baterías habitan el tracto intestinal, como parte de la flora normal, de animales de sangre caliente, tanto aves como mamíferos.
Filogenia e historia evolutiva: el género Campylobacter consta de algo menos de 20 especies, con unas pocas subespecies., de las cuales más de la mitad se han relacionado con infecciones del tracto intestinal. Recientemente se han cambiado algunas especies de género a razón de los nuevos datos observados sobre la filogenia, como por ejemplo Campylobacter pyloridis, uno de los principales agentes infecciosos se ha nombrado como Helicobacter pylori de la que hablaremos en su propio artículo aquí (próximamente). El género forma parte de la familia Campylobacteraceae, de la que es modelo, y a su vez se clasifica en el Orden taxonómico Campylobacterales. Estas baterías se recogen dentro de la Clase Epsilonproteobacteria, del Filo Proteobateria.
El genoma de algunas especies del género se ha secuenciado. Gracias a ello se conocen mejor los mecanismos que emplean estas bacterias causar patogenia, que está relacionada con las proteínas de sus flagelos.
Descripción: presentan morfología bacilar o ligeramente curvados, pareciendo una coma o una ese, que sirven para clasificar las especies del género. Su longitud es variada, dependiendo de la especie pueden medir entre 0,5 y 5 micras de largo. Todas ellas son móviles y presentan uno o dos flagelos en situación polar. Su movimiento que asemeja al de un sacacorchos es característico de algunas especies del Orden Campylobacterales (entre las que se encuentra también el género Helicobacter) debido a la morfología bacteriana. Responden de forma negativa a la tinción de GRAM, son oxidasa positivas y algunas especies son catalasa negativas.
Distribución y hábitat: las campilobacterias crecen a temperaturas entre los 25 y los 42ºC, estando su óptimo en la temperatura interna de los animales que infectan, en las especies que infectan a humanos 37ºC. Debido a su vida en el tracto intestinal son microaerófilas, necesitan una presión parcial de oxígeno menor que la atmosférica para crecer (entre el 3 y el 5%, comparado con el 21% de la atmosfera). Para su cultivo de laboratorio son necesarios medios ricos, como el agar sangre, y selectivos, para lo que se emplean algunos antibióticos.
Interacción con el ser humano: las bacterias Campylobacter infectan el tracto digestivo de personas y animales con el sistema inmune bajo. Los síntomas de la infección aparecen entre 1 y 10 días de la ingesta de alimentos contaminados, dependiendo de la cantidad que se ingiera. Las infecciones por Campylobacter se transmiten principalmente a través de alimentos contaminados, especialmente carne de ave mal cocida. También puede ocurrir por el consumo de agua contaminada o leche sin pasteurizar. La contaminación cruzada durante el manejo de alimentos en la cocina es otra vía importante de transmisión, porque las bacterias pueden pasar fácilmente entre utensilios y alimentos si no se siguen prácticas de higiene adecuadas. Los síntomas más comunes son la diarrea con sangre, vómitos, dolor abdominal y fiebre. Aunque pocas veces causa la muerte los más afectados son los recién nacidos y los ancianos. Al ser un grupo bacteriano ampliamente distribuido en los animales de sangre caliente su transmisión suele ser debida a la carne de consumo humano mal cocinada.
El diagnóstico de infecciones por Campylobacter generalmente se realiza mediante cultivos a partir de muestras de heces del paciente. La tecnología de PCR ha mejorado la rapidez y precisión del diagnóstico al detectar directamente el ADN bacteriano, lo cual es especialmente útil en brotes de infecciones donde se requiere una respuesta rápida.
El tratamiento de las infecciones por Campylobacter normalmente se centra en la hidratación adecuada para compensar la pérdida de fluidos debido a la diarrea. En casos más severos o en personas vulnerables, se pueden prescribir antibióticos como la azitromicina. Siempre es recomendable buscar consejo médico para obtener un diagnóstico y tratamiento pertinentes.
La prevención de infecciones implica el cocinado completo de la carne, especialmente de ave, y el lavado cuidadoso de manos y utensilios de cocina. También es fundamental asegurar que el agua potable esté tratada y evitar el consumo de leche sin pasteurizar. Las prácticas de higiene en la preparación de alimentos son clave para minimizar el riesgo de infección.