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Efecto Bruce: el olor de los machos detiene el embarazo en roedores

Publicado por Ramón Contreras

En la especie humana el embarazo sigue siendo uno de los grandes tabúes. Mientras que las relaciones sexuales y una enorme parafernalia circundante han sido medianamente normalizados en gran parte de las sociedades, el embarazo sigue siendo un tema del que apenas se habla. Principalmente por la posibilidad de un aborto, los abortos espontáneos son una cosa muy frecuente, aunque la mayoría de la gente no lo sabe porque como decimos no se habla de ello. Otras especies tienen abortos espontáneos e incluso inducidos por la propia madre.

Hilda Margaret Bruce, zoóloga británica que descubrió el comportamiento en roedores

La zoóloga Hilda M. Bruce descubrió justo a finales de la década de los 50 del siglo pasado que los roedores de laboratorio tenían un comportamiento peculiar e inducido por hormonas propias de la madre al detectar las feromonas de diferentes machos. Cuando se ponía a hembras embarazadas con machos que no eran el padre de las crías que estaba gestando, el número de abortos que experimentaban las madres aumentaba. De esta forma, las hembras volvían a entrar en estro (estado fértil) y se emparejaban con el nuevo macho para tener sus crías. Este aumento de los abortos no ocurría cuando se ponía a las hembras embarazadas con machos juveniles, que todavía no podían fertilizar a las hembras, o con machos castrados. Esto demostraba que las hembras abortaban para poder aparearse con el nuevo macho. A esta situación se denominó efecto Bruce. El sistema olfativo de las hembras capta diferencias en el olor de la orina de los machos que alteran el embarazo. Cuando una hembra queda preñada empezará a tener cambios hormonales. Uno de ellos será el aumento dos veces al día de la hormona prolactina. Para que el embarazo se detenga, la hembra debe oler a un macho diferente durante al menos dos de los aumentos de prolactina seguidos y que uno de ellos sea durante las horas de luz.

El efecto Bruce ha sido visto en otros roedores como los lemmings desde su descubrimiento en las ratas de laboratorio. Aunque se ha sugerido que otras especies como los leones o las geladas (un pariente de los babuinos) pueden tener este tipo de comportamientos, se necesitan más estudios para confirmarlos definitivamente. El efecto Bruce tiene un sentido biológico y evolutivo. El desarrollo embrionario de las crías es un proceso fisiológico muy demandante. Para las hembras, además, el parto supone un coste adicional. Cuando un macho nuevo se hace cargo de una manada o se empareja con una hembra con crías jóvenes, suele deshacerse de ellas. Esto es debido a que la inversión en recursos y tiempo de criarlos es muy alta. En esta situación, en muchas especies que no en todas, los machos optan por matar a las crías para que la hembra se quede embarazada cuanto antes e invertir ese esfuerzo en su propia descendencia. La evolución ha llevado a las especies que tienen el efecto Bruce a adelantarse a eso. De esta forma, las hembras evitan el gasto de energía que supone todo el desarrollo embrionario y el parto para que igualmente las crías mueran. Además, de esta forma se aseguran que los machos que las fecundan sean los que estarán con ellas durante la cría.