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Fisiología de los hongos

Publicado por Ramón Contreras

Los hongos son un grupo extraño de seres vivos. No son ni animales ni plantas y sin embargo, tienen características de ambos. Aunque muchas veces se les incluye dentro de la botánica o la flora la verdad es que tienen más en común con los animales que con las plantas a nivel evolutivo. La ausencia de cloroplastos es definitoria en este aspecto. Esto resulta en que los hongos son heterótrofos, necesitan descomponer materia orgánica fijada por otros organismos. Como todos los heterótrofos necesitan los componentes básicos para generar su propia materia orgánica, es decir CHONP, el acrónimo de los elementos indispensables para la vida. Los únicos fijadores de componentes orgánicos son los autótrofos, de los que los vegetales son el máximo componente. Sin embargo, así como los animales pueden salir y cazar a sus presas, los hongos no pueden desplazarse y además sus células cuentan con paredes rígidas (en estos dos aspectos se parecen a las plantas). Sus pareces les impiden fagocitar el alimento, por lo que solo pueden introducir en sus células moléculas que han sido descompuesta en el exterior por los enzimas digestivos que secretan.

Estas limitaciones han hecho que se hayan tenido que buscar la vida por otras corrientes. Los enzimas que producen los hongos son muy diversos y capaces de digerir externamente gran cantidad de nutrientes diferentes, haciéndolos aptos para su consumo por el hongo independientemente del origen. Se cree que se ha descrito tan solo el 5% de los hongos, unas 100 mil especies y que de ellas 300 están relacionadas con enfermedades e infecciones en humanos y animales (denominadas micosis). Muchas de estas especies pueden alimentarse de materia viva, infectando el cuerpo, pero también pueden vivir sobre material tanto animal como vegetal en descomposición. Esta gran capacidad adaptativa a diferentes sustratos los ha llevado a ser la base del desarrollo de sistemas de remediación ecológica. En la actualidad se conocen hongos capaces de comer plásticos, petróleo o incluso material radiactivo.

A nivel ecológico los hongos necesitan una fuente de humedad alta. Sus paredes de quitina no son impermeables y pierden agua con mucha facilidad. Además o mejor dicho para ello, requieren hábitats en los que las temperaturas sean moderadas, a fin de no perder toda su agua por evaporación. Se ha llegado a comprobar el crecimiento de hongos a 0ºC en una especie extrema. Sin embargo, una vez las condiciones ambientales sean favorables son capaces de crecer en casi cualquier sustrato, incluyendo algunos que acabarían con la mayoría de bacterias u otros seres vivos. Aunque prefieren las fuentes de materia orgánica “al uso”, es decir de compuestos con base de carbono, se ha observado que son capaces de usar compuestos inorgánicos nitrogenados. A todo esto ay que unirle la capacidad metabólica que tienen para fermentar diversas sustancias, para seguir creciendo en bajas condiciones de oxígeno. A esta cualidad, que comparten con algunas bacterias se la conoce como ser facultativas, o aerobios y anaerobios facultativos. Finalmente si el ambiente no pinta nada bien las esporas de la mayoría de hongos son los grandes resistentes de la naturaleza.