El apéndice vermiforme, el órgano que se inflama en la apendicitis
La apendicitis es la inflamación a causa de una infección del apéndice. Este órgano humano que se encuentra regando los intestinos, concretamente el ciego (en el lado opuesto al corazón). El apéndice vermiforme, pues ese es su nombre biológico, es un órgano que no es necesario para la supervivencia del ser humano, si bien es cierto que la gente a la que se le ha extirpado necesita llevar una dieta algo vigilada, la verdad es que se puede hacer una vida completamente normal sin él. Es por eso que según algunos autores consultados se puede decir que es un órgano vestigial, aunque en la actualidad evolutiva de la especie humana sea plenamente activo y funcional.
En humanos el apéndice tiene una forma tubular definida y compacta, mientras que en otros animales se encuentra difuminado en el tejido conjuntivo de los intestinos, como por ejemplo en el cerdo. Esta diferencia es importante a nivel histórico, puesto que hasta que no se permitieron las autopsias en humanos durante la edad media se estudiaba anatomía basándose en observaciones forenses de otros animales, siendo el cerdo uno de los más usados. Por tanto, los casos de apendicitis eran un misterio para aquellos médicos que no veían ningún órgano en el lugar donde los pacientes sentían dolor antes de morir.
El ciego en otros animales es una región especial de los intestinos donde se acumula gran cantidad de bacterias que son capaces de digerir la celulosa vegetal. En humanos el tamaño del ciego es pequeño en comparación con los herbívoros, por lo que no pueden digerir una cantidad importante de celulosa al día. Charles Darwin propuso que el apéndice vermiforme era el resto evolutivo de lo que debió ser un ciego de mayor tamaño. Si bien esta hipótesis no ha podido ser refutada absolutamente es cierto que el apéndice actual posee algunas funciones no relacionadas con la digestión.
El apéndice está muy relacionado con tejido linfático que lo rodea, por lo que es posible que desarrolle alguna función, no bien establecida todavía, dentro del sistema inmune del ser humano. De igual manera, no está claro si la función relacionada con la linfa sería una función secundaria obtenida tras perder la función digestiva o bien sería la razón primaria para tener el órgano.
Existen evidencias de que el apéndice es funcional en fetos ayudado a controlar la homeostasis, las concentraciones salinas del cuerpo. Mientras que en adultos pasaría a tener un papel relacionado con el sistema linfático. Otras hipótesis actuales sobre la posible función del apéndice sugieren que estaría relacionado tanto con el sistema inmune como con el digestivo. Recientes conocimientos han visto que hay una relación mayor entre estos dos aspectos del cuerpo. En este ámbito el apéndice funcionaría como reservorio bacteriano desde el que partirían de nuevo las bacterias a repoblar el intestino en caso de que se perdieran, como por ejemplo tras tomar antibióticos o un proceso diarreico.
Independientemente de la función real que tenga, se ha observado que existen personas que carecen por completo de él. No se ha descubierto ningún tipo de dolencia ni enfermedad en estos pacientes en ningún estadio del desarrollo. Sin embargo, la prevalencia de la ausencia de apéndice es muy baja, tan solo de una persona de cada cien mil. El tiempo dirá si esta frecuencia aumenta confirmando tal vez así la hipótesis de que es un órgano vestigial del que se puede prescindir, o no.