Cómo ranas y sapos respiran por la piel
La vida surgió en el agua. Todas las formas de vida están asociadas al agua de una manera o de otra. Muchos seres vivos han aprendido a sobrevivir lejos del agua para conquistar el medio terrestre. Un de los pasos más importantes de este proceso de colonización fue evitar la pérdida de agua. Para ello se optó por crear una capa protectora que evitase la evaporación de piel. Estamos hablando de las escamas que darían después lugar a la piel y a las plumas. Pero antes de eso encontramos otras formas de interaccionar con el agua. La pregunta de si los peces beben agua no es muy descabellada. Su necesidad de agua es increíble para la vida, tanto para adquirir agua para su cuerpo como para extraer el oxígeno de ella para respirar. Sin embargo, donde esta relación ser vivo-agua se hace más tirante es cuando los animales intentan alejarse del agua.
Tanto los crustáceos como los anfibios son los primeros seres que intentaron tomar la tierra. No obstante, su dependencia del agua era soberbia. El principal problema de estos grupos eran sus estrategias para no perder agua y conseguir respirar. Los crustáceos suelen llevar consigo agua que usan cuando viajan fuera del líquido elemento para respirar. Los pulmones de peces y anfibios están poco evolucionados y son en comparación con otros grupos poco eficientes para extraer oxígeno del aire.
Los anfibios y sobre todo las ranas y los sapos son especialistas en alejarse del agua. Su piel es muy delicada y debe estar siempre húmeda pero no solo para no perder agua. Estudios varios han demostrado que estos anuros son capaces de obtener oxígeno por intercambio gaseoso a través de su piel. Concretamente la zona de la pelvis, la que está siempre en contacto con el suelo, es la que tiene la mayor capacidad de transpiración debido a que cuentan con un sistema sanguíneo especialmente muy ramificado en esta zona. Esto hace que les baste con tocar con el vientre una superficie mojada o húmeda para respirar. Son capaces de absorber agua a través de la piel de la zona inferior gracias a un gradiente osmótico con su propia sangre, mucho más concentrada que el agua. Cunado la sangre va absorbiendo agua tiene que moverse rápidamente para poder seguir captando agua. En este punto la rana aprovecha su fina piel superior para evaporar agua para volver a concentrar su sangre y seguir captando agua por el vientre. En el proceso el oxígeno disuelto en el agua se queda en la sangre y supone una parte importante de la respiración del anuro.
Pero esta misma estrategia juega en su contra cuando se encuentra en ambientes secos o de agua rica en solutos. En estas ocasiones para evitar perder agua debe cerrar el sistema de capilares. Además tienen sistemas de recircularización del agua interna. Almacenan agua en su vejiga que pueden usar para hacerla circular de nuevo y extraer más oxígeno. Este proceso respiratorio está fuertemente regulado por hormonas, como la angiotensina II del complejo renina angiotensina. Este ciclo hormonal está relacionado con el ahorro de agua y la capacidad osmótica en otros animales desde reptiles a aves y mamíferos.