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La amenaza del caracol gigante africano

Publicado por Ramón Contreras

Hablamos muchas veces de los problemas que tienen mucas especies para continuar existiendo. Las listas rojas de especies en peligro de extinción son más largas año tras año. Sin embargo, no todas las especies están perdiendo área de distribución. Algunas especies están ampliando la región en la que viven. El problema es cuando está ampliación corre de la mano del hombre. Muchos animales han sido transportados deliberadamente o por error a otras regiones donde están causando graves problemas ecológicos. Estamos hablando de las especies exóticas invasoras. La UICN, la misma organización que factura las listas rojas, hace una lista de las 100 especies invasoras exóticas. La lista no es una clasificación de las más invasoras y las que menos. Si está en la lista es un peligro manifiesto.

Una de estas especies es el caracol gigante africano. Forma parte de una familia de grandes moluscos y se alimentan vorazmente de plantas, siendo en muchos casos un problema para las cosechas. El transporte de cultivos entre países ha hecho que estos caracoles hayan llegado al sur de América continental y en varias islas entre los años 2010 y 2015, mientras que su presencia en Europa es más o menos simultáneo (España catalogó la especie como invasora en 2013). Se considera que el ser humano ha sido el dispersor de la especie, puesto que con su lento caminar era imposible que llegasen desde África. Está considerada una de las especies invasoras porque es muy adaptativo. Es capaz de comer prácticamente cualquier planta o cultivo. De hecho, es capaz de alimentarse de materia fecal o de restos de carne si no encuentra plantas suficientes en la época seca. A esto hay que sumar que es una especie hermafrodita con gran capacidad de reproducirse. Esto hace que en poco tiempo se pase de tener algunos caracoles gigantes a tener una auténtica plaga. Por otra parte este caracol tiene una toxina capaz de matar a un perro que se coma el caracol, por lo que está bien protegida contra depredadores naturales de caracoles en los nuevos hábitat que coloniza, así como de ser susceptible de entrar en la dieta humana. Aunque cocinados pierden la toxicidad muchos países han prohibido la introducción de estos caracoles para prevenir la dispersión accidental de individuos en su entorno natural.

Cada vez son más los avistamientos de estos caracoles en regiones americanas. Muchos países están llevando a cabo campañas de eliminación del caracol gigante africano. En 2019 Cuba llevó una de las campañas más agresivas para eliminarlos a pesar de que todavía no está completamente extendido en toda la isla. Se cree que se introdujo en el país como parte de las prácticas religiosas venidas de África.

El caracol africano fue detectado por primera vez en Brasil en 1977, desde donde se expandió rápidamente a diferentes regiones latinoamericanas. En Perú fue reportado por primera vez en 2012 Mientras que en Argentina llegó por transporte de mercancías desde Brasil, en Colombia y Venezuela fue autorizado para su explotación para la industria cosmética. En Colombia se le considera junto a las palomas la segunda causa de extinción de especies autóctonas.