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Clima de alta montaña

Publicado por Ramón Contreras

Existen varios factores que determinan las condiciones ambientales de cada ecosistema. La latitud, la longitud o la cercanía a masas de agua, así como el tamaño de estas últimas son factores que ayudan a definir los biomas concretos. Hemos hablado ya de gran variedad de biomas, como los desiertos, la tundra, los manglares o la taiga. Todas estas superficies de tierra cuentan con un ecosistema propio debido a las condiciones ambientales exclusivas de cada terreno. Otra de las características que pueden afectar al clima de una región es la altura. Las condiciones ambientales para crear un clima de alta montaña se dan en todos los continentes, ya sea en regiones de clima continental u oceánico, en zonas templadas o tropicales del planeta. En términos generales se entiende como clima de montaña a aquel que empieza a partir de 2000 metros de altura. En los sistemas montañosos las cumbres tienen unas condiciones meteorológicas diferentes a las zonas circundantes, lo que lleva a que la fauna y la flora se hayan adaptado a sobrevivir de forma específica a ellas. Si bien existe un pequeño intercambio de biodiversidad entre las zonas de alta montaña y los ecosistemas que los rodean, las especies de alta montaña están más relacionadas evolutivamente con las especies de otras regiones montañosas de su mismo continente que con las de los alrededores.

Una de las características principales del clima de alta montaña es la bajada del gradiente térmico, que es de casi 1ºC por cada 100 metros de altura. Este cambio en la temperatura provoca a su vez un descenso en la humedad relativa del aire, así como lluvias orográficas, es decir, causadas cuando una masa de aire se encuentra con un obstáculo, como una montaña, y al subir se enfría condensándose y provocando la lluvia. Además de estas características en la alta montaña la insolación es mayor, debido muchas veces a que se encuentra por encima de las nubes. Sin embargo, el clima de montaña comparte con las zonas circundantes los efectos de las masas de aire y los frentes. Es más, es la orografía de alta montaña la que determina muchas veces el clima de las regiones cercanas al afectar a las corrientes de aire.

Los seres vivos se han adaptado a estas regiones frías, ventosas y que tienen variaciones de temperatura (de más de 10 grados). De hecho, se ha establecido una gradación del tipo de vegetación que se puede encontrar en una montaña dependiendo de la altura. Esta gradación se denomina cliserie y consta de 4 rangos: basa, montano, subalpino y alpino. En cada una de ellas encontramos especies adaptadas, siendo las alpinas siempre las de menor tamaño, poco termófilas (resistentes al frío), adaptadas a suelos de baja calidad (en las cumbres todo el suelo suele lavarse por efecto del viento y la lluvia) y a la presencia de nieve en algún momento del año.

En Europa durante la glaciación proliferaron las plantas adaptadas a estas condiciones y con el deshielo fueron retirándose a las cumbres de las montañas. Esto explica la relación evolutiva entre plantas aisladas por grandes extensiones de tierra sin el clima de montaña en la actualidad.