Las ventosas en animales desde gusanos y cefalópodos hasta murciélagos
Las ventosas son órganos presentes en grupos animales muy diversos. Esta conversión evolutiva desde distintos taxones pone de manifiesto la utilidad de este órgano para las actividades de caza a las que se dedican aquellos animales que las poseen. En general las ventosas son empleadas para sujetar a las presas, ya sea para que no huyan o bien para fijarlas para poder comérselas, ya sea despellejando la presa o succionándola. Es por eso que se encuentran siempre en las mismas partes del cuerpo, alrededor de la boca o de las extremidades. EL número de ventosas del individuo es específico normalmente de cada especie, hasta el punto de que es un rasgo utilizado para diferenciar algunas de ellas.
Las ventosas son una estructura muscular con forma de tazas chata, normalmente circular que mediante la realización del vacío entre un objeto y el interior de la ventosa genera un poder de adhesión que permite fijarse a una superficie sin gasto energético.
Tal vez, por la accesibilidad a ellos, los pulpos y calamares son los primeros animales que nos vienen a la mente cuando se piensa en animales con ventosas. Sin embargo, muchos otros animales cuentan con este tipo de órganos adaptados. Pero se puede encontrar tanto en nematodos (gusanos redondos) en este caso suelen tenerla cerca del ano exclusivamente los machos y la emplean para agarrarse a la hembra para llevar a cabo la reproducción. En platelmintos (gusanos planos), tales como las tenias y duelas, las ventosas están destinadas a agarrarse a los tejidos internos del hospedador. De igual manera, en anélidos como las sanguijuelas, cuyo estilo de vida parásito es propicio para el uso de ventosas, que también las usas para adherirse al cuerpo de sus hospedadores, pero en este caso en el exterior.
Pulpos, sepias y calamares cuentan con ventosas, bien en toda la longitud de sus extremidades, los pulpos, o bien solo en los extremos o en una fina hilera, calamares y sepias. Todos ellos son cefalópodos y sus ventosas son parecidas, están formadas por dos partes quitinosas y musculosas: infundíbulo la cavidad externa crea el vacío necesario mediante su contracción sobre una superficie para llevar a cabo la unión, mientras que la cavidad interna o acetábulo permite la separación cuando se contrae.
Las rémoras son los representantes de los peces más comunes con ventosas. En estos seres vivos las ventosas se han desarrollado a partir de aletas que se han modificado. La emplean tanto para agarrarse mientras comen como para sujetarse a sus anfitriones mientras están en movimiento. Los gobios las emplean para poder subir por los cauces más caudalosos durante sus migraciones.
Finalmente uno de los más extraños miembros de la lista de animales con ventosas son los murciélagos. Algunas especies de murciélagos cuentan con ventosas en las puntas de sus dedos, mientras que otros grupos de murciélagos endémicos de Madagascar
las tienen en muñecas y tobillos que les permiten pararse en pared sin apenas agarraderas.
Por otro lado cabe destacar que las salamanquesas, los pequeños dragones de las casas, no cuentan con ventosas en sus dedos globos como se creyó durante muchos años, sino que tienen unas pilosidades especialmente útiles para encontrar cualquier tipo de porosidad de las paredes.