Búho nival
El búho nival es uno de los animales que pueblan las latitudes más cercanas al polo norte que pueden sustentar viva. Todos los animales adaptados al frío glacial y a las nieves constantes comparten una característica de su pelaje o plumaje que les permite pasar desapercibidos en su medio ambiente. Todas estas series presentan un pelaje o plumaje que al menos durante una parte del año es blanco.
Filogenia e historia evolutiva: El búho nival o ártico responde al nombre binomial de Bubo scandiacus. El género Bubo, corresponde a los búhos, incluye alrededor de otras 20 especies, entre los que se encuentra el búho real euroasiático, del que puedes leer más aquí . Los búhos pertenecen a la familia taxonómica Strigidae, los estrígidos. A su vez se clasifican dentro del Orden Strigiformes, o estrigiformes, éste Orden corresponde a las rapaces nocturnas y lo forman los Strigiformes y las lechuzas (familia Tytonidae). Finalmente los estrigiformes se encuentran dentro de la Clase Aves, del Filo Chordata del Reino Animalia.
Descripción: el búho ártico es un ave rapaz nocturna, lo cual en su medio natural son 6 meses al año. Este búho, que no es el más grande, mide unos 60 cm de longitud y con alas desplegadas alcanza una envergadura de 150 cm. Tiene las características de los búhos, cara plana, un vuelo muy silencioso y un pico y unas garras curvas y afilados para agarrar a sus presas. Sus ojos son de color dorado. Sus patas están emplumadas hasta los pies, para protegerlo del frío de su distribución natural. Es una de las pocas especies que tiene un dimorfismo sexual, los machos presentan un color blanco absoluto mientras que las hembras tienen unas rayas marrones en su plumaje, para pasar desapercibida en el suelo donde anidan.
La hembra incuba uno o varios huevos durante 4 o 5 semanas y luego se queda con los polluelos otro mes más. Por el contrario los machos son los encargados de cazar presas para alimentar a su pareja y a sus crías. Los búhos nivales ponen durante el verano, en su área de distribución más restrictiva, donde tiene menos predadores.
Distribución y hábitat: Los búhos nivales se encuentran distribuidos en el hemisferio norte exclusivamente, en las regiones circunpolares, tanto en el continente americano como en el euroasiático. Durante el invierno migran al sur, evitando la parte más rigurosa del invierno, llegando a la mitad norte de Méjico y por debajo de Rusia, aunque en Europa no bajn más allá de Dinamarca. Por el contrario en verano su distribución se encoge drásticamente, se encuentran tan solo en la franja emergida situada más al norte de ambos continentes y Groenlandia.
Además de su adaptabilidad al frío, el búho nival también tiene una increíble capacidad para sobrevivir en condiciones de poca comida. Durante los meses de invierno, cuando la comida es escasa, estos búhos pueden ralentizar su metabolismo para conservar energía. También son capaces de cazar una variedad de presas, desde pequeños mamíferos hasta aves, dependiendo de lo que esté disponible en su entorno.
Otra característica interesante del búho nival es su capacidad para camuflarse en su entorno. Su plumaje blanco no solo les ayuda a mantenerse calientes en el frío ártico, sino que también les permite mezclarse con la nieve y el hielo, haciéndolos casi invisibles para los depredadores y las presas.
Hembra de búho nival reposando en la nieve.
Interacción con el ser humano: El búho del Ártico es uno de las aves que por su niveo plumaje más atrae a los coleccionistas y aficionados. LA UICN ha catalogado a esta especie dentro del grupo de conservación de preocupación menor. Debido en parte a la desaparición de su hábitat debido al calentamiento global y al deshielo de los casquetes polares y a las nieves perennes de las regiones al norte del planeta. En la famosa saga de novelas de J. K. Rowling, Harry Potter, éste tiene un búho nival como mensajero, aunque en los libros las denominan, erroneamente, lechuzas.
Además de su aparición en la literatura, el búho nival también ha sido objeto de estudio en numerosas investigaciones científicas. Los científicos han estado particularmente interesados en su adaptabilidad al frío extremo y su capacidad para sobrevivir en un entorno tan inhóspito. A través de estos estudios, los investigadores han podido obtener una mejor comprensión de cómo los animales pueden adaptarse a condiciones extremas, lo que podría tener implicaciones para la comprensión del cambio climático y sus efectos en la vida silvestre.