Coronavirus COVID-19, «aplanando la curva»
La expresión “aplanar la curva” está en boca de todos a raíz de la nueva pandemia del Sars-CoVir2. Sin embargo, la expresión no es nueva, sino que tiene su origen en el brote de gripe aviar H5N1 que ocurrió en 2006. La frase fue acuñada por el grupo de trabajo que investigaba la mejor manera de enfrentarse a esa nueva enfermedad. Tras el desastre ocasionado por el huracán Katrina las autoridades estadounidenses formaron un grupo de trabajo para crear un plan de acción ante este tipo de casos. El U.S. Centers for Disease Control and Prevention, o CDC estaba compuesto por epidemiólogos, virólogos, expertos en bioterrorismo, médicos, analistas de defensa de EE. UU. y un historiador de la medicina, el doctor Markel.
Este organismo determinó que ante una pandemia causada por microorganismos la única solución sería una vacuna garantizada y efectiva. Sin embargo, en su estudio y tal como ha pasado ahora, la vacuna no es posible por lo rápido que escala todo el proceso. El CDC miraba los gráficos de afectados y muertos por la gripe aviar y no sabían como iba a desarrollarse la enfermedad. ¿Hasta dónde ascenderá las curvas de enfermos? ¿En cuánto tiempo? El CDC supo interpretar los datos y vio que cuanto más rápidamente crecía la curva de afectados antes colapsaban los hospitales, disparándose el número de fallecidos. En ese escenario se dieron cuenta que el mayor problema era el colapso del sistema sanitario. No solo no podría atender al exceso de pacientes, sino que los pacientes ordinarios verían mermada su posibilidad de sobrevivir. Así que finalmente establecieron que la mejor solución mientras se conseguía la vacuna sería intentar evitar el colapso hospitalario.
Para ello había que conseguir como fuera que disminuyesen los infectados. La solución más fácil, barata y efectiva que encontraron era el aislamiento global de todos los individuos. De esta forma, evitando el contacto social, se evitaba el contagio y el colapso del sistema hospitalario. De esta forma se ganaría tiempo hasta que se tuviera una vacuna efectiva. En las reuniones del CDC alguien dijo en este punto: “De lo que estamos hablando es de aplanar esa curva”.
Pero ¿iba a funcionar esta estrategia? Para contestar a esta pregunta todos se giraron hacia el historiador de la medicina, ¿se había utilizado ya? Y ¿había funcionado? El Dr. Markel reunió un equipo y se centró en la gripe de 1918 que dejó 40 millones de muertos en el mundo y que gracias a la excepcional cobertura que hizo el periodismo español se denominó gripe española, en lugar de gripe de Kansas donde más probablemente se originó.
La investigación de más de 200.000 documentos sobre 46 ciudades demostró que aquellas poblaciones donde se había actuado con mayor contundencia y rapidez habían salido mucho mejor paradas que las que respondieron de forma más tibia o tardía. Las medidas empleadas incluían: cierre de escuelas, prohibiciones de conciertos, películas y eventos deportivos; aislamiento de los enfermos y puesta en cuarentena de los que habían tenido contacto con éstos; horarios escalonados; restricciones en trenes, autobuses y tranvías y ordenanzas para exigir máscaras faciales. Seguro que todas ellas te suenan.
Con toda esta información el CDC redactó una “cartilla” de 108 páginas con recomendaciones para «aplanar la curva» por si volvía a plantearse una situación similar. Se titula Interim Pre-pandemic Planning Guidance: Community Strategy for Pandemic Influenza Mitigation in the United States. (Guía provisional de planificación previa a la pandemia: estrategia comunitaria para la mitigación de la gripe pandémica en los Estados Unidos). Que ha resultado ser una guía mundial para hacer frente a la situación de 2020.
Hace tres meses el protocolo del CDC fue activado. Ante la falta de un fármaco eficaz contra esta nueva enfermedad las medidas sociales son la primera barrera ante la catástrofe. Así que quedémonos en casa, ganando tiempo para que se encuentre una cura eficaz y segura, quedémonos en casa “aplanando la curva”.