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Número reproductivo básico o Tasa de multiplicación explicada para el Sars-Cov-2 y para especies en peligro de extinción

Publicado por Ramón Contreras

Durante este principio de año 2020 millones de personas se han hecho expertos en epidemias y pademias a fuerza ver en los noticiarios y otros medios de comunicación un bombardeo constante sobre el ya célebre SARS-CoV-2. Como las diversas fases de la epidemia que ha causado, la información que se recibe tiene que ir de la mano para que el espectador pueda entender lo que está tratando de decir el médico o el investigador de turno que hacen salir para que explique las últimas novedades del tema. Tras aprender a leer un gráfico y la necesidad de “aplanar la curva” llega el momento de hablar de la tasa de multiplicación o número reproductivo básico.

La tasa de multiplicación no es exclusiva de virus, sino que en realidad es aplicable a todos los seres vivos, a determinados sucesos ecológicos o incluso de carácter físico o químico. La tasa de multiplicación es una simple matemática que indica de una forma intuitiva si una población crece o decrece (en el caso de virus nos referimos a la población de gente infectada). Es evidente que todas las poblaciones tienen una tasa de multiplicación. Para aclarar el número hay que dividir el número de nuevos individuos que se crean en una generación dividido el número de individuos que la población tenía. En el caso de poblaciones de animales o plantas es importante que sea por generación y no por día o año. Es fácil entender que en plantas, por ejemplo, donde una sola planta es capaz de esparcir cientos de semillas cada año, el número de hijos que produce un individuo es muy elevado. Por otra parte, la tasa de multiplicación de los virus (olas bacterias y otros unicelulares) es tan alta que no tiene sentido contar los individuos aislados, sino que se cuentan por poblaciones enteras. Un solo virus es capaz de hacer millones de copias cuando entra en una célula adecuada. Por eso en el caso de coronavirus nos referimos a casos de nuevos pacientes (además de que es un dato mucho más interesante a nivel médico y social que no el número de copias del virus que hay).

En el caso de enfermedades se calcula contando los nuevos casos que se generan, aquí si puede hablarse de periodos de tiempo más cortos como días o semanas. Pongamos un ejemplo:

Si tenemos diez infectados y contamos 5 nuevos casos la tasa de multiplicación será 5/10= 0,5.

La idea tras la tasa de multiplicación es sencilla. Si el número de nuevos individuos es mayor que el número de individuos de la población, ésta está creciendo. Por el contrario una especie animal que tenga solo una población de 300 individuos, pero entre todos ellos durante toda su vida solo consiguen engendrar 250 individuos para la siguiente generación (como ha pasado con poblaciones de rinocerontes en África) está claro que la población está desapareciendo. La población en una generación tenía 300 individuos y en la siguiente 250. Usando la fórmula vemos que 300/250= 0,83. Si la tasa fuera igual a 1 los nuevos individuos serían la misma cantidad que los de la generación anterior, la población no crece ni decrece.

A nivel de la pandemia del CoVir-19 lo que queremos es que la tasa de multiplicación sea menor de 1. Esto querrá decir que la enfermedad no se está propagando y que cada vez hay menos individuos afectados. En este caso hay que intentar que la tasa sea menor de uno. Por el contrario en poblaciones en peligro de extinción se intentará siempre que la tasa de multiplicación sea lo más alta posible, de esta manera nos aseguraremos que la especie no se va extinguir.