Variante Delta, Israel y mala prensa sobre el COVID
En la prensa de todo el mundo ha salido recientemente el nuevo repunte de casos de COVID en Israel. La prensa alarmada hace sonar las campanas de la alarma frente a este caso que para la comunidad científica era más que evidente que iba a pasar. Los antecedentes de esta nueva ola que afecta al país semita estaban cantados. Una vacunación muy rápida, pero solo de algo menos del 60% de la población. Con eso ya pensaron que estaban alcanzando la inmunidad de rebaño, aunque ni de lejos se alcanza, ni con 60%, ni con 70%, ni con 80%. Confiados en un mal entendimiento de como funciona la inmunidad de grupo quitaron todas las restricciones que llevamos impuestas a nivel mundial. Todo el mundo sin mascarillas por la calle, en lugares cerrados y adiós a todo tipo de protecciones. Recordemos que para la primavera de 2020 Israel tenía sin vacunar a algo más del 40% de la población. A esto se suma que una parte muy importante de la población israelí es contraria a la vacunación. No por causas médicas o terapéuticas, sino por sionismo acérrimo. En resumen, ¿qué pasa cuando tienes a más del 40% de la población sin vacunar y que no cree que la vacuna sea la solución y quitas todas las medidas de restricción? La respuesta son 8.000 nuevos casos diarios.
La semana pasada hablábamos del peligro de que el virus prolifere indiscriminadamente puesto que esto le daría mayor probabilidad de mutar en cepas nuevas que puedan ser potencialmente resistentes a las vacunas y otros medicamentos que se están usando contra el virus SARS-CoV-2. Pues este es el escenario perfecto. Pero no solo ahí queda el alarmismo de la prensa. La segunda mitad de la noticia del repunte de los casos de Israel apostillan que es la variante delta la que está arrasando el país. Las noticias, con esos titulares, dan a entender que un país con una alta tasa de vacunación está siendo superado por la variante delta. Pero en realidad es todo un juego malabar para infundir miedo. Las vacunas conocidas son perfectamente capaces de detener el avance de la variante delta. Pero si tienes al 40% de la población sin vacunar y la variante delta es la más frecuente en tu país es blanco y en botella que vas a tener un repunte asombroso de esa cepa. Cepa, que como ya sabemos todos ha marginado a otras cepas anteriores, pero no porque sea más letal o furibunda, sino porque a medida que el virus muta las nuevas versiones triunfan sobre sus “modelos antiguos”. Un buen símil sería el mercado de los coches, en el que las nuevas versiones de un modelo de coche vas sustituyendo poco a poco a las antiguas porque se adaptan mejor a la vida moderna.
Sin menospreciar la gravedad de estos eventos en Israel, no cabe lugar a la sorpresa en un país en el que no pasaba una quincena de días sin ver una noticia de fiestas, muchas de carácter religioso, multitudinarias de gente que se negaba a vacunarse. Si a eso sumamos quitar las restricciones es abrir la veda al contagio. No hace falta ser un oráculo para saber el resultado de levantar las medidas sin tener al 90% de la población vacunada, basta con saber ciencia básica y estadística mínima. Ojalá esto sirva como advertencia a otros países (y a los ciudadanos sobre todo) para recordarles en lo que estamos y cómo hay que proceder.