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Qué es un antígeno

Publicado por Ramón Contreras

Un antígeno es una molécula que el sistema inmune reconoce como extraña y que además activa la respuesta defensiva del organismo. Por contra posición tenemos unas pequeñas moléculas que no desatan la respuesta inmune por sí solas, a estas las llamamos haptenos y necesitan una proteína aglutinadora o transportadora, como la albumina, para producir la respuesta inmune. En cualquier caso hay 3 fuentes diferenciadas de antígenos. Por un lado tenemos los heteroantígenos, que todas aquellas sustancias que son extrañas y vienen de otros seres vivos. Los heteroantígenos serán los más comunes que se encontrará el sistema inmune e incluyen a todos los que tienen los patógenos. Después podemos nombrar los isoantígenos. Estos vendrán de otros seres vivos, pero de la misma especia. Estos serán interesantes en las operaciones de trasplantes de órganos. Los más comunes son los sanguíneos, el grupo AB0, o el Rh+ o Rh-. Ambos tipos de antígenos externos suelen denominarse exoantígenos o antígenos exógenos. Finalmente podemos encontrar a los autoantígenos, estos serán producidos por el propio cuerpo y desatarán la misma respuesta inmune que otros antígenos. Este caso es realmente problemático y en comparación con los otros casos poco común. Aunque recientemente las enfermedades autoinmunes han aumentado en número, en comparación con la cantidad de catarros que hay cada año son muy pocos casos, pero no por eso menos graves. En realidad, las enfermedades autoinmunes son especialmente graves y con un tratamiento más difícil. Lee más de las enfermedades autoinmunes aquí .

Un antígeno puede ser una sustancia tóxica generada por un microorganismo que nos infecta o por otro organismo. Las alergias vienen provocadas porque el sistema inmune reconoce como patógenos cosas concretas que otras personas no reconocen como peligrosas. Una exposición elevada a estos compuestos pueden disparar una respuesta desmedida que acaba en un shock anafilácticoShock anafiláctico. Este antígeno será reconocido bien por los receptores de membrana presentes en los linfocitos T, linfocitos B y/o por los anticuerpos. La complementaridad entre el antígeno y el anticuerpo será meramente espacial, no es necesario que exista una conexión química entre uno y otro. De esta manera los anticuerpos pueden reconocer moléculas similares. Las regiones o superficies del antígeno que reconocen los anticuerpos reciben el nombre concreto de epítopo. Los antígenos suelen ser moléculas de tamaño entre mediano y grande y tienen varias superficies que pueden ser reconocidas por varios anticuerpos. Los anticuerpos son proteínas de pequeño tamaño que sintetizan los seres vivos con sistema inmune para detectar los antígenos.

Los patógenos emplean la mutación de sus proteínas para crear variaciones de los posibles antígenos para intentar evitar la unión de los anticuerpos. A su vez, el cuerpo genera infinidad de combinaciones de anticuerpos con la esperanza de que alguno funcione contra los antígenos. Esta es una de las razones por la que muchas veces las vacunas pierden efectividad, o no se puede hacer una vacuna para la enfermedad. El caso más notable de esto es el virus de la gripe, que cada año muta de tal forma que la vacuna de un año apenas ofrece protección durante la estación siguiente.