¿Qué es y para qué sirve el plasma de la sangre?
La sangre es uno de los tejidos más extraños del cuerpo. Su característica principal y que lo diferencia de todos los otros tejidos es que es líquido. Muchas veces se hace difícil entender que un líquido puede ser un tejido puesto que asociamos conceptos como cohesión celular o una forma definida a lo que es un tejido. Sin embargo, hay otros tejidos líquidos en la anatomía, como el cuerpo vítreo o la médula espinal.
Como todos los tejidos tiene una parte celular y una acelular. Mientras que otros tejidos la parte acelular está principalmente formada por fibras de polisacáridos o proteínas que hacen que las células y otros componentes se mantengan unidos y estables, en la sangre la mayor parte del tejido es agua. Si se quitan las células sanguíneas, plaquetas, glóbulos blancos y rojos, quedará la fracción acelular del tejido sanguíneo, a esto le llamaremos plasma y supone alrededor del 56% del volumen de la sangre. En ocasiones es interesante extraer solo el plasma de un donante para transfusiones, puesto que son las células las que tendrán los factores de reconocimiento sanguíneo y por lo tanto el plasma no cuasa rechazo,mientras provee de agua y nutrientes al paciente que los recibe.
El plasma está compuesto principalmente por agua (de hecho un 91,5% del plasma es agua pura), pero contiene gran cantidad de otros compuestos que son indispensables para la sangre. Si dejamos que los componentes coaguladores actúen y precipiten quedará solo la parte del plasma que denominamos suero sanguíneo. Esta fracción seguirá llevando nutrientes y compuestos esenciales. De hecho, el plasma es la principal reserva de agua del cuerpo. En caso de deshidratación el agua de la sangre pasará a los tejidos para que estos no pierdas sus capacidades. Esto tendrá como consecuencia el aumento de densidad de la sangre y pérdida de fluidez, con pérdida de la capacidad de transportar oxígeno.
Como ya hemos dicho el plasma es acelular. Sin embargo cuenta con componentes orgánicos e inorgánicos. Los más frecuentes son la sal, el bicarbonato sódico, fosfatos y cloruro de calcio. Estos forman en con unto el 10% del plasma. La parte mayoritaria de los componentes sólidos del plasma son proteicos. La función de estas proteínas es muy variada pero las más abundantes son la albúmina, las globulinas libres y el fibrinógeno, que tendrán un papel esencial en la coagulación de la sangre. Además, la sangre es el vehículo que emplean multitud de moléculas para circular libremente. Esos compuestos de pequeño tamaño se disuelven en el agua. La sangre funciona como medio de transporte entre órganos, por eso hay que tener en cuenta que transportará sustancias de deshecho, como por ejemplo la urea. Otros compuestos minoritarios como las hormonas y vitaminas a pesar de estar bajas concentraciones son fundamentales para el funcionamiento de todo el organismo. Todos estos compuestos ya sean orgánicos o inorgánicos cumplen una plétora de funciones entre las que destacamos la tamponadora de pH del organismo, recogiendo o soltando solutos, el soporte o vehículo en el que los glóbulos rojos, plaquetas y leucocitos viajan por todo el cuerpo repartiendo oxígeno, recogiendo CO2, vigilando que no haya infecciones y que todo funcione correctamente y que no haya fugas de material.