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Un resumen de la visión de las aves

Publicado por Ramón Contreras

Las aves en general dependen en gran medida de su visión para moverse, puesto que volar por a través de los árboles sin chocar o volar en bandadas requiere una gran agudeza visual. Entre ellas las rapaces son las aves con mejor visión, puedes leer más sobre las características exclusivas de la visión de las rapaces en los artículos que les dedicamos a su visión aquí y aquí.

Las aves, así como el resto de vertebrados exceptuando a los mamíferos, poseen cuatro tipos de células receptoras (denominados conos, por su forma cónica) en los ojos. Todos ellos presentan los conos que captan en el rango visible: la luz verde, roja y azul, como los primates. Además poseen un tipo de cono diferente que capta la luz en el rango del ultravioleta, por encima de la longitud de onda del azul.

Anatómicamente, los ojos de las aves superan a los de los reptiles en posicionamiento de las lentes respecto a la fóvea, característica compartida con mamíferos. Alrededor del 50% de las aves posee una segunda fóvea, lo que les permite enfocar mejor las imágenes laterales.

Para mejorar su visión cuentan con una mayor cantidad de células receptoras de luz en la retina, lo que les otorga mayor nitidez y capacidad para diferenciar los tonos de los colores (o un insecto verde posado en una hoja). Esto genera una gran cantidad de información visual de alta calidad. Sin embargo, esto no serviría de nada sin un correcto procesado de toda esta información. Es por esto que las aves poseen un nervio óptico más grueso, con mayor número de neuronas, que otros animales. Evidentemente esto ha evolucionado conjuntamente con una mayor proporción del cerebro dedicada a interpretar la información que les llega desde los ojos. En contrapartida otros sentidos de las aves están muy reducidos, su olfato y su gusto casi no envían información a sus cerebros y su procesado se realiza en una región muy pequeña de sus cerebros.

Adicionalmente, este elevado número de conos necesita otras estructuras accesorias para poder ser viable. Los conos, son un tipo celular con un gran gasto energético, por lo que deben estar muy bien irrigados. El pecten o peine ocular, es una estructura vascular compartida entre aves y algunos reptiles, que anclada en la retina riega la fóvea para “alimentar” sus conos, además de controlar el pH del humor vítreo. En la visión de otros vertebrados el sistema sanguíneo pasa por delante de la retina para irrigarla, oscureciendo la imagen. El peine ocular concentra los vasos sanguíneos lejos de la retina permitiendo a las aves una visión más nítida, importante sobre todo en las rapaces diurnas. También se especula con la posibilidad de que la pigmentación del pecten proteja los vasos sanguíneos de la luz ultravioleta.

La profundidad del ojo de un ave

La profundidad del ojo de un ave

Finalmente las aves son capaces de percibir el movimiento de manera más precisa, recibiendo hasta 100 Hz (hertzios), 100 fps (frames per second o imágenes por segundo). El ojo humano solo puede analizar 25 fps. Por lo que son capaces de ver desde el aleteo de otras aves hasta el movimiento del sol. Se teoriza con que algunas aves migratorias son capaces de ver los campos magnéticos, y que los usan para orientarse durante sus viajes.