La gran visión de las rapaces, esencial para cazar
Las aves son los animales terrestres con la mejor visión del planeta. Puedes leer sus principales características aquí (próximamente). Entre ellas las rapaces han desarrollado una vista excepcional, en parte debido a sus técnicas de caza. Una muestra de ello es el tamaño de sus ojos en relación con el tamaño de su cuerpo, sus ojos son similares en tamaño a los de los humanos, pero su tamaño corporal es mucho menor. Las rapaces se han especializado en la caza desde las alturas. A esas distancias otros sentidos como el olfato o el oído tienen poca capacidad. Sobrevuelan el terreno a gran distancia (kilómetros de distancia) y cuando captan una presa bajan en picado a gran velocidad (se han registrado velocidades de casi 400 km/h en picado) para coger a su presa desprevenida, incluso a veces, persiguiéndola por dentro del bosque a velocidades sostenidas de 130 km/h en vuelos en horizontal. “A vista de águila” es una expresión popular que quiere decir que algo está tan lejos que hay que tener los ojos de estas aves para poder verlo.
Las rapaces poseen grandes avances en su sistema óptico en varias áreas. Sobre la nitidez de los colores, resolución de imágenes y su capacidad de enfoque hablamos aquí (próximamente). En el presente artículo hablaremos de la percepción del movimiento y del ángulo de visión.
Percepción del movimiento: las rapaces no son las aves con mayor capacidad para procesar imágenes, si bien pueden entender 60 imágenes por segundo (tienen una mayor frecuencia de titilación-fusión). Su visión, en este sentido es un 50% mejor que la humana que solo puede percibir imágenes a 25 Hz. Gracias a esto son capaces de percibir pequeñas variaciones en la velocidad de sus presas.
Además son capaces de generar tal cantidad de imágenes debido a que cuentan con una fóvea (la zona del ojo donde se proyectan las imágenes) más grande en superficie y profundidad, que permite mayor número de células receptores, que se traduce en una mayor área enfocada.
Ángulo de visión: las rapaces, poseen visión binocular, ambos ojos en la parte frontal del rostro. Esta característica compartida por todos los depredadores otorga una mejor visión en profundidad. En el caso de las rapaces diurnas (águilas, halcones y azores por ejemplo) la inserción de los ojos en la cara no es completamente frontal, sino que se colocan con un ángulo de 30 grados. Que les otorga un campo visual de 340 grados, de los 360 grados posibles, comparado con los escasos 180 de los humanos. En contrapartida las rapaces nocturnas (búhos y lechuzas), cuya inserción es completamente frontal poseen una mayor movilidad del cuello. Esta visión tan amplia de su entorno es la que hace que las rapaces estén siempre moviendo la cabeza hacia los lados, pues son capaces de ver movimiento en un rango muy amplio y su curiosidad les hace tratar de enfocar las cosas que se mueven en su campo de visión, para comprobar posibles presas. Las rapaces que cazan serpientes y otras culebras suelen tener los ojos en posición más frontal, dándoles mayor percepción de profundidad y las distancias, esencial para cazar especies peligrosas.