¿Pueden los videojuegos acabar con el cambio climático?
Los videojuegos son una entrada a la realidad alternativa para, ya no solo los jóvenes sino, toda la población. Las nuevas pedagogías incluyen cada vez más y a todos los niveles el uso de series de televisión, películas y videojuegos en sus rutinas de aprendizaje. Por eso no es raro preguntarse si los videojuegos pueden ayudar a acabar con el cambio climático.
Desde la aparición de los juegos de simulación hasta el 2023 se han desarrollado juegos que emulaban diferentes aspectos de la vida. De hecho, el famoso “metaverso” no es más que una simulación de la vida en tiempo real, una vida paralela a la vida. Lo importante de estas simulaciones es que nos permiten enfrentarnos a escenarios que en la vida cotidiana no podríamos. Enfrentarnos a un apocalipsis zombie, correr con una nave espacial o luchar contra seres fantásticos. Sin embargo, una gran cantidad de videojuegos son simulaciones que intentan ser muy reales. Los más famosos simuladores son la saga Sim, pero encontramos grandes simuladores de conducción de coches, aviones, camiones, etc. Los juegos de simulación y de gestión de recursos se han popularizado mucho en el formato telefónico. La gestión de recursos es un formato de juego en el que el jugador tiene que ir creciendo y mejorando con unos recursos limitados y tiene que tomar decisiones sobre en qué mejoras invertir para poder expandirse. Juegos populares en esta línea son el Farmville en tono más casual, o las sagas de Civilization o Total war en la gestión de naciones enteras.
Actualmente, están apareciendo juegos de gestión de recursos y simulación sobre los problemas del siglo XXI que más nos gusta tratar en Laguia2000, como la colonización de Marte o el cambio climático. De hecho en las simulaciones ambos proyectos se afrontan igual, un ecosistema inhóspito al que hay que dar forma con recursos limitados para poder vivir en él. Si te ha sonado esta premisa es porque es exactamente la realidad que vivimos en la Tierra en la actualidad (no tan exagerada por supuesto, pero ahí está). Juegos como Surviving Mars, o el reciente Terra Nil nos plantean crear una colonia marciana o recuperar un ecosistema respectivamente. Estas herramientas no solo nos entretendrán, sino que pueden ayudar al público a comprender las dificultades de tal labor o su importancia.
Es interesante observar como este tipo de videojuegos no se desarrolló en el siglo XX, sino que han aparecido junto a los problemas e inquietudes del siglo XXI. Mientras que los videojuegos del siglo XX tenían un componente de fantasía elevado, la industria del siglo XXI se ha decantado por una ficción más cercana al presente. Estos juegos son una oportunidad innegable para que las jóvenes mentes se pongan ya a trabajar en los problemas de nuestro futuro, y su presente cuando crezcan.
No todos los juegos tienen un componente educativo (y eso no está mal), pero pensemos en la capacidad de resolución de conflictos que tendrán las nuevas generaciones si les enseñamos a lidiar con los posibles problemas que se encontraran mediante algo tan inocente como un juego.