¿Deben nuestros jóvenes estudiar la ecología de Marte?
La educación de la ciudadanía en ciencias adquirió una importancia creciente en el siglo XX. El principio del XXI ha puesto todavía más de manifiesto la necesidad de una sociedad instruida en estas materias. Los avances constantes en tecnología, energía o salud hacen necesaria una buena base en ciencias. Formar ciudadanos con capacidad crítica y con conocimientos básicos de cómo funciona el mundo es clave para una sociedad democrática y activa capaz de tomar decisiones sobre en qué vamos a convertir nuestra sociedad (Benítez y Gamarro, 2010; OECD, 2006; OECD, 2019; Pring, 2000; WHO, 1997). Es por ello que el temario de las asignaturas de ciencias se ha revolucionado y está en constante revisión, llegando no solo a incluir nuevos temas que recogen los últimos avances, como la transgénesis en biología, sino asignaturas completas como las ya no tan recientes asignaturas de tecnología o informática, que no se cursaban en España antes de la LOGSE y que hoy forman parte integral y en ciertos aspectos definitoria del curriculum estudiantil (Cervera, 2010).
Es evidente que a medida que la ciencia avanza más conocimientos son incorporados al saber básico de un estudiante y que las materias se vuelven más complejas a medida que profundizamos en ellas. La biología no es una excepción. Los conocimientos biológicos o de ciencias naturales que recibía un estudiante de la Academia griega no son los mismos que los de un naturalista medieval y ninguno de estos son comparables a los estudiados en el siglo XX. La complejidad de los temas ha aumentado y la edad a la que se pide que la persona adquiera estos conocimientos disminuido (Contreras 1989, Lepi, 2019). Y, por lo tanto, no será de extrañar que los conocimientos sobre biología que tendrá que conocer una persona del siglo XXI serán diferentes y que tal vez nos parezcan lejanos o imposibles ahora. Temas como qué es la lluvia ácida, las consecuencias bioéticas de la detención del embarazo o la importancia y seguridad de las vacunas que no formaban parte dela enseñanza a finales de siglo pasado se han incorporado a los temarios de biología a varios niveles durante el siglo XXI (Benítez, 2010; Cámara et al., 2017; Martín, 2012).
En ese aspecto entendemos que los temarios de cualquier asignatura, y para el objetivo de este artículo el de biología, están en constante revisión de forma que garanticen la inclusión del individuo en la sociedad y sea capaz de participar de los eventos que se desarrollarán en la sociedad. Esta labor predictiva es obviamente complicada pero ello no quita que se deba realizar un esfuerzo para buscar cuales serán los temas cotidianos de la sociedad dentro de diez, veinte o cincuenta años (Reiss, 1999; Labov, 2010; NGSS, 2013). Es con este afán en mente que desde aquí queremos proponer la inclusión de los conocimientos sobre biología y ecología de una de las próximas conquistas del ser humano, la colonización de Marte.