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Mutualismo

Publicado por Ramón Contreras

El mutualismo se define en biología como la relación estrecha entre individuos de dos especies diferentes en la que ambos individuos obtienen un beneficio. Cuando se habla de una relación en la que intervienen dos miembros de la misma especie y ambos obtienen un beneficio se denomina cooperación. La ecología es la rama de la biología encargada de estudiar ésta y otros tipos de interacción entre especies, como son el comensalismo o el parasitismo. Cuando estas interacciones estrechas y duraderas en el tiempo se denomina simbiosis. Muchas veces se atribuye el nombre de simbiosis solamente a las relaciones de mutualismo, por ser el único tipo de relación en la que ambos ganan.

Existen varios tipos de mutualismo dependiendo la intensidad de la relación y de lo que cada participante aporte a la relación. El mutualismo puede no ser permanente ni obligatorio. Por ejemplo, existen ciertos animales limpiadores, como crustáceos y peces que se comen los parásitos, los restos de comida o sus tejidos muertos de otros animales. En este caso no depende uno del otro para sobrevivir, la relación no es obligatoria. Pero ambos salen ganando, unos alimento y otros higiene, que deriva en menos infecciones. El caso contrario, una relación obligatoria, se establece entre algunos hongos y algas que forman líquenes que han llegado a establecer una simbiosis tan estrecha que son incapaces de vivir sin el otro.

Dependiendo de lo que cada participante aporte podemos encontrar:

Mutualismo llamado de recurso por recurso ambas especies aportan a la otra un recurso o sustrato que la otra no puede conseguir sola o que le resulta más complicado de obtener. En este tipo de mutualismo ambas especies se especializan en la obtención de un recurso. Con su excedente lo intercambian por el excedente del recurso que necesitan. Este tipo de mutualismo es bastante común.

Se puede apreciar en la relación entre bacterias del suelo, como las del género Rhizobium, capaces de fijar nitrógeno en el suelo y las leguminosas. Un caso extremo de este tipo de mutualismo son los líquenes. Los líquenes están formados por un alga y un hongo. El alga obtiene energía de la fotosíntesis y entrega al hongo moléculas energéticas para que éste pueda crecer. A su vez el hongo sintetiza moléculas estructurales y obtiene nutrientes y agua del suelo mucho más fácilmente que el alga, intercambiándolos con ella.

Se puede diferenciar también el mutualismo que supone el intercambio de un recurso por un servicio. Este es el caso de las plantas con sus especies polinizadoras. Las plantas dan un recurso, normalmente alimento a cambio de que las abejas y otros animales polinicen sus flores. Además muchos vegetales hacen frutos suculentos para que se las coman animales y de esa manera dispersar sus semillas.

Las hormigas protegen a los pulgones de sus depredadores, como la mariquita, a cambio de nectar que recuman los pulgones para ellas.

Las hormigas protegen a los pulgones de sus depredadores, como la mariquita, a cambio de nectar que recuman los pulgones para ellas.

Finalmente existe el mutualismo en el que solamente se intercambian servicios. Dentro de este tipo podríamos encontrar la relación entre el pez payaso y las anémonas de los bancos de coral. El pez payaso inmune al veneno de las anémonas se protege de sus depredadores ocultándose entre sus tentáculos. El pez payaso con su movimiento entre las anémonas crea corrientes de agua para limpiar a la anémona y evitarles infecciones. Además los restos de las presas del pez payaso son aprovechadas por la anémona, que se las come. Por esto la relación entre la anémona y el pez payaso es una relación de mutualismo en la que intercambiar servicios y recursos también.