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La planta más venenosa del mundo, el aguijón del suicidio

Publicado por Ramón Contreras

Hace poco hablábamos de como las plantas habían desarrollado la cafeína como modo de evitar que los insectos se comieran sus hojas, mientras que otras plantas han empleado la cafeína para atraer a dispersadores de semillas adictos al café. La planta de la que hablamos hoy cumple con la primera parte pero no con la segunda. Es una de las plantas más venenosas del mundo y su veneno puede afectar durante varios meses (a veces años) a quien tan solo toque las hojas o el tronco, ya ni hablamos del dolor que sentiría cualquiera que se la comiera directamente. Esta planta es el gimpi gimpi, o yimpi yimpi, conocida como el aguijón del suicidio por razones obvias.

La famosa planta, para que la sepas identificar si la ves

Filogenia e historia evolutiva: El yimpi yimpi recibe el nombre científico de (Dendrocnide moroides), siendo el miembro más venenoso de este peligroso género que consta de una sesentena de especies. Como no, pertenece a la familia taxonómica de las plantas urticantes (Urticaceae), a la que también pertenece la ortiga. Este grupo forma parte del Orden Rosales, de las plantas con flor (Clase Magnoliopsida, de la División Magnoliophyta).

Descripción física: Esta especie puede formar árboles de entre 1 y 10 metros de altura. Sus hojas son fácilmente reconocibles por su buen tamaño (más de 10 cm) y su forma de corazón, con largos peciolos (los “rabos” que unen la hoja a las ramas). Pero si esto no fuera suficiente para poderla identificar, todas sus hojas (por ambas caras), su tronco e incluso sus frutos, están recubiertos de pelos urticantes visibles a simple vista (de 5 mm). Las flores se agrupan en panículas, como racimos cónicos con flores hermafroditas, con las flores femeninas rodeando a las masculinas. Sus frutos son morados o púrpuras y parecen frambuesas o moras de unos pocos “granos gordos”.

Como todas las plantas de la familia Urticaceae posee pelos urticantes de sílice que cuando se rompen al contacto inyectan una toxina guardada en su base globular. La neurotoxina que posee el gimpi gimpi ha permanecido como un misterio durante mucho tiempo, hasta que hace unos años se pudo aislar e identificar (2020). Esta toxina es exclusiva de este árbol y se denominó gympietida o gimpitida, y se parece más al veneno de algunas arañas y escorpiones que al de especies cercanas, mucho menos peligrosas. Depende de la cantidad de toxina inyectada, causa rojez e inflamación muy duradera que puede ocasionar la muerte a cantidades elevadas. El dolor se prolonga tanto en el tiempo porque estimula diversos canales del dolor dependientes de sodio, por lo que cuando satura unos canales es capaz de activar otros.

Sus hojas son muy nutritivas, y son las más pequeñas las que tienen mayor densidad de pelos urticantes. Se cree que esto es debido más a una adaptación para poder colonizar rápidamente nuevos hábitats que a la intención de que los herbívoros no se coman sus hojas adultas.

Distribución y hábitat: Por suerte, esta planta se encuentra de forma ocasional solo en el norte y este de Australia, las islas Molucas y algunas regiones de Indonesia. Es propio de regiones selváticas tropicales. Prefiere las zonas sombreadas (bajo las copas de otros árboles) aunque tiene gran habilidad para colonizar nuevos ambientes y pequeños parches de selva.

Interacción con el ser humano: La especie se encuentra en el libro rojo de especies amenazadas en Australia (Las Listas Rojas, el estado de conservación de todos los seres vivos), donde se toman muy en serio la protección de su fauna y flora, única en el mundo. Por otro lado, el estudio de su toxina ha abierto nuevas posibilidades para encontrar analgésicos que bloquean los receptores del dolor que esta planta estimula.