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La mora desconocida: la mora ártica

Publicado por Ramón Contreras

Las moras de pantano son una de las pocas plantas que se han adaptado a vivir en condiciones extremas de frio. Este frutal poco conocido está empezando a cultivarse para su uso comercial en los países nórdicos donde muy pocas especies vegetales pueden soportar las terribles temperaturas que alcanzan los inviernos de esas altitudes.

Filogenia e historia evolutiva: La mora ártica responde al nombre binomial de Rubus chamaemorus. En el género Rubus se encuentran también otras bayas cuyo consumo es más conocido las zarzamoras, las frambuesas y las fresas. Todas estas especies se agrupan en la tribu Rubeae, dentro de la extensa Familia Rosaceae, las rosáceas. Forman parte del Orden Rosales, que se incluye en la Clase Magnoliopsida, dentro de la División Magnoliophyta.

Las moras árticas crecen en suelos de bosques y zonas de matorrales silvestres

Las moras árticas crecen en suelos de bosques y zonas de matorrales silvestres

Descripción: la planta de la mora de los pantanos tan solo alcanza unos 15 cm de tamaño, debido a su lento crecimiento anual. Sus ramas son rectas y sin acículas. Las hojas presentan las características típicas de las rosáceas, que puedes leer aquí, como el borde de la hoja serrado. Las plantas son monoicas, así que hay plantas que dan flores femeninas o masculinas, ambas blancas, que se fertilizan con el viento. El fruto es una baya, similar a las zarzamoras, aunque su color es amarillento que se vuelve rojizo al madurar y son de sabor ligeramente amargo. Las bayas se forman por entre 5 y 20 drupas. Una de las características más notables de esta planta es que es capaz de resistir temperaturas de -40ºC, aunque acostumbrada a la gran cantidad de agua de su ecosistemas tolera muy mal las sequías y la alta salinidad.

Distribución y hábitat: las moras árticas se distribuyen tan solo el hemisferio norte. Se encuentran normalmente entre los 78º y los 54º de latitud norte, aunque puede llegar hasta los 40º. Esto quiere decir que solo se puede encontrar en las zonas más al norte de Europa, como son Gran Bretaña e Irlanda, los países nórdicos (Finlandia, Noruega, etc.) y en localizaciones del norte de Rusia. En el continente americano se encuentra en Canadá y Alaska y en la franja más al norte de EE. UU. En latitudes más bajas está presente como poblaciones relícticas (en zonas de montaña que mantuvieron las condiciones de frío tras la última desglaciación del mundo).

Interacción con el ser humano: esta mora del norte se ha consumido en los países donde se encuentra desde los primeros asentamientos humanos. En la actualidad y desde 1995 se está trabajando para poner a punto el cultivo de la mata con el fin de conseguir un cultivo de frutas propias del norte, que estén adaptadas a las insólitas condiciones ambientales en las que crece. En este proyecto de catalogación de variedades e intento de mejorar el rendimiento de los cultivos de estas bayas intervienen Finlandia, Noruega, Suecia y Escocia. Tradicionalmente las moras árticas eran consumidas por los marineros y esquimales para no contraer escorbuto, debido a la elevada concentración de vitamina C que contienen. Se utilizan para hacer mermeladas y repostería, además se preparan licores con ellas y en Canadá se usa para dar sabor a una cerveza. En Finlandia el fruto de esta mora sale en la moneda de 2 euros.