El níspero japonés
El níspero japonés es el fruto que se conoce comúnmente como níspero, puesto que hace ya alrededor de 2.000 años que empezó a cultivarse en Europa, sustituyendo al níspero europeo como árbol frutal. Puedes leer más sobre el níspero europeo en el artículo que le dedicamos a ese árbol aquí.
Filogenia e historia evolutiva: el níspero japonés recibe el nombre científico de Eriobotrya japonica. En la primera clasificación se incluyó en el género Mespilus, el mismo que el níspero europeo (M. germanica), pero en 1821 se recolocó en el género actual. El género Eriobotrya comprende casi una cuarentena de planta distribuidas por todo el mundo. Se encuentra en la tribu Maleae dentro de la subfamilia Amygdaloideae, de la Familia taxonómica Rosaceae, las rosáceas, un importante grupo vegetal de interés económico. Las rosaceas pertenecen al Orden Rosales, incluidas dentro de la clase Magnopiopsida, de la división Magnoliophyta, del Reino Plantae. Existen alrededor de una docena de variedades de esta fruta, siendo la más frecuente en los comercios Algar o argelino, seguida de la variedad Tanaka.
Descripción: son árboles bajos, de menos de 6 metros, con tronco de corteza gris y lisa. Su copa es muy ramificada con grandes hojas de hasta 20 cm, pecioladas. Las hojas son de color verde intenso, de forma elíptica o lanceolada y con el borde serrado. Crecen en las ramas de forma alterna. Las flores son blancas o rosadas, con 5 pétalos libres y se agrupan en panículas. Son muy aromáticas para atraer a sus polinizadores (abejas, mariposas, etc.). Florece en otoño y sus frutos maduran a principios de primavera. Sus frutos, los nísperos, son tipo drupa, de color naranja, carnosos y abundantes. En su interior se agrupan entre 1 y 5 semillas (dependiendo de la variedad) de gran tamaño que se desarrollan del endocarpo. La pulpa es suculenta con un sabor dulce ligeramente ácido.
Distribución y hábitat: el níspero japonés es, efectivamente, originario del este asiático. Sin embargo, en la actualidad, se encuentra extendido por todo el mundo, introducido por el ser humano en todos los continentes. Se encuentra naturalizado en muchos lugares de la cuenca mediterránea o Argentina. El níspero crece en climas tropicales o subtropicales, el los margenes de los bosques. Crece a la sombra o con insolación completa y además es resistente a la sequía propia de estos climas, aunque los especímenes jóvenes requieren unas precipitaciones anuales 1.500 mm de media. En general crece en cualquier tipo de suelo, aunque el optimo para su cultivo son los suelos ligeramente básicos (pH 8.0), poco salinos y bien drenado. Aunque puede tolerar fríos de hasta -10 ºC, pueden acabar dañados flores y frutos. Siendo, en definitiva, las condiciones de ventosidad las más perjudiciales para su cultivo.
Interacción con el ser humano: el níspero es una especie de interés humano, puesto que se cultiva en todo el mundo para consumo. Japón es el principal productor de nísperos del mundo. Seguido por Brasil e Israel, aunque en toda la cuenca mediterránea se cultiva con frecuencia. Esta fruta a pesar de no tener la importancia de los cítricos o las manzanas y peras, es una opción muy interesante por su alto contenido en fibra, vitaminas y minerales, especialmente vitamina A y B6 y magnesio y potasio.