Albaricoque
Los albaricoques y sus árboles, los albaricoqueros, pertenecen a una de las familias de árboles frutales más importantes de la agricultura. Los albaricoques son parientes de melocotones, ciruelas, cerezas e incluso almendras. Son, por lo tanto, parte de un grupo de alto interés alimenticio. Además, la adaptabilidad de estos cultivos a climas templados ha hecho que sean difundidos por el ser humano alrededor del globo.
Filogenia e historia evolutiva: El nombre binomial del albaricoque es Prunus armeniaca. Como ya hemos comentado el albaricoque está emparentado con otros árboles frutales, todos ellos pertenecen a l género taxonómico Prunus. Este potente género de árboles frutales pertenece a la Familia de las rosáceas (Rosaceae), de las que puedes leer más aquí . Como de muchos árboles frutales existen numerosas variedades (unas 2000). Cada una de ellas se diferencia en los tiempos de floración y maduración del fruto. Algunas de ellas son canino, moniquí, búlida o mitger en los climas cálidos y paviot, luizet o rojo de Rosellón en zonas más frescas. A parte de las variedades existen otras especies menos comerciales con un fruto al que también se denomina albaricoque (P. mume, P. holosericea, P. manshurica y P. sibirica).
Descripción: El albaricoque, como especie, a parte de las características comunes de las rosáceas se caracteriza por: su árbol mide entre 3 y 9 metros, con tronco erecto, con madera grisácea y muy rugosa. Las ramas jóvenes tienen un color rojizo que pierden con la edad. Sus hojas, que caen en invierno, presentan una alta variedad de formas, ovaladas, lanceoladas hasta cordiformes (con forma de corazón) dependiendo del cultivar. Siempre son pecioladas y presentan el borde doblemente serrado. Las hojas presentan un color verde intenso en el haz y un tono más claro o amarillento en el envés. Las flores de blancos pétalos son solitarias o en parejas, su estructura foliar es común al resto de las rosáceas. El fruto, es una drupa amarillenta o anaranjada, que al madurar se motea de color rojo suave. Cu carne es jugosa y naranja. Rodea a un único hueso que protege una semilla. La floración de las rosáceas es a finales de la primavera.
Distribución y hábitat: El origen del albaricoque parece estar en algún punto de Asia central. Extendiéndose por egipcios y griegos por Europa desde Armenia (de ahí su nombre P. armeniaca). Las otras especies de albaricoques P. mume, P. holosericea, P. manshurica y P. sibirica son de Asia de la zona siberiana, del Tibet o de China, lo que refuerza la teoría del origen asiático del albaricoque, puesto que la biodiversidad es mayor en el lugar de origen de la especie. En la actualidad el albaricoque se encuentra en todas las regiones de clima templado. En América fue introducido por los colonos españoles, desde su país de origen donde es muy común. Allí estos árboles agarraron muy bien en los climas mediterráneos del continente.
Interacción con el ser humano:Los albaricoques son una fruta apreciada por el ser humano desde tiempos antiguos, la primera constancia de su uso data del 3000 a.C. en China. Se puede consumir tanto fresca como seca, caso particular en el que se llaman orejones o conservada en almíbar. Su agradable sabor dulce los hace propicios para la repostería tanto enteros como en forma de confitura o mermelada. Los principales productores de albaricoques a nivel mundial son: Turquía, Suiza, Grecia, España y Francia. Aunque crecen perfectamente en las zonas templadas de clima mediterráneo.