Los comportamientos de las aves para la reproducción y la supervivencia de las crías
La reproducción es una de las actividades a las que los seres vivos le dedican más tiempo, energía y recursos. Por la reproducción entendemos no solo al acto sexual de la reproducción, sino también al cortejo, las luchas para obtener pareja pero también los cuidados que se dan a las crías y en definitiva todos los comportamientos cuyo fin último es que la descendencia sobreviva hasta la edad adulta para reproducirse. Muchas veces se cree que solo los mamíferos tienen conductas destinadas al cuidado de las crías. Otras veces se cree solo el ser humano es capaz de conductas refinadas como la monogamia o la transmisión de conocimientos de una generación a la siguiente. Nada más lejos de la realidad. Es verdad que cuanto más nuevas las especies en términos evolutivos más cuidados se procuran a las crías o más complejos son los cortejos que se llevan a cabo. A eso hayque añadir que a los investigadores humanos les resulta más fácil de comprender las expresiones de afecto o de cuidados de animales que son más cercanos evolutivamente a ellos mismos.
Existen dos estrategias a la hora de asegurar el éxito de la reproducción y la supervivencia de la especie: la primera de ellas incluye la generación de gran número de nuevos individuos y la segunda la generación de un número de individuos muy reducido por generación pero con grandes cuidados parentales para asegurar su supervivencia. En este aspecto las aves (como otros animales con estrategias reproductoras similares) suelen tener puestas muy reducidas (para reducir la energía destinada a la gestación de las crías) y las crías pasar una parte de su vida al cuidado de sus progenitores. para poder optimizar el cuidado de las crías.
En este aspecto el estudio de las aves ha revelado una serie de comportamientos únicos dignos de mención. No todas las especies de aves llevan a cabo los mismos comportamientos, ni cuidan de la misma manera a las crías. Sin embargo, la mayoría de las especies de aves cuidan de su descendencia. La fabricación de los nidos y el cuidado entre ambos padres de los huevos (incubándolos y defendiéndolos) son una parte de estos comportamientos. Pero antes de esto hay que elegir pareja. Gracias a los cortejos rituales las hembras pueden elegir a un macho que presente las capacidades necesarias para cazar (vuelos rituales) o para hacer un nido (muchas especies hacen nidos de cortejo). La elección de pareja es fundamental para el éxito de esta empresa anual. De hecho, en muchas especies de aves deciden emparejarse de por vida lo que lleva a maximizar las puestas. Al conocer las capacidades de sus parejas las aves también aprenden a compenetrarse con su pareja para que cada uno lleva a cabo unas funciones (de la misma manera, si una pareja opina que el elegido no responde adecuadamente a sus expectativas puede dejarlo).
Durante el desarrollo de las crías los padres se turnan para ir a buscar alimento para dar a las crías y a su otra pareja. Pero es que además se ha descubierto que en colonias de aves es frecuente que los polluelos vayan a otros nidos a que los alimenten allí, buscando unos padres mejores (en las cigüeñas se ha visto este comportamiento hasta en el 40% de los pollos).
Tiempo y esfuerzo dedicado a encontrar a la mejor pareja muchas veces para toda la vida, luego cuidados del otro miembro mientras se incuban los huevos y finalmente cuidado compartido de las crías hasta que son capaces de valerse por sí mismos. Con todos estos comportamientos las aves han demostrado que son unos grandes padres y que sin duda esta estrategia de supervivencia es un éxito evolutivo.