Los castores
Los castores son unos animales mamíferos roedores semiacuáticos, que se dedican a hacer diques y presas en los ríos que habitan.
Filogenia e historia evolutiva: las únicas dos especies de castor que existen en la actualidad pertenecen al género Castor, que a su vez es el único género que ha sobrevivido hasta nuestros días de la Familia Castoridae, del Orden Rodentia (los roedores, el Orden con mayor biodiversidad de mamíferos). Las dos especies supervivientes, Castor canadensis y C. fiber, a pesar de ser morfológicamente parecidas son genéticamente diferentes, tienen diferente número de cromosomas, lo que impide el cruzamiento entre ambas especies. El castor americano tiene más de 20 subespecies reconocidas y el europeo alrededor de 8.
Descripción: los castores son roedores de unos 25 kg. y más de 75cm de largo, más una cola de un cuarto de metro. Como roedores sus dientes incisivos están muy desarrollados y en constante crecimiento, gracias a ellos son capaces de cortar troncos para construir su madriguera. Además se caracterizan por su pelaje marrón impermeable, casi siempre mojado y por su cola listada, ovalada cubierta de escamas hexagonales negras, que no se superponen. su extraña cola le sirve de timón al nadar.
Distribución y hábitat: los castores están presenten tan solo en el hemisferio norte, tanto en América como en Eurasia. Aunque C. canadensis ha sido introducida en algunos puntos de américa del sur y de Finlandia y Rusia . Mientras que C. fiber se encuentra tan solo en el centro y este de Europa en oriente próximo. Su hábitat es muy concreto, puesto que está muy especializado a vivir en ríos y lagos, cerca de masas arbóreas que le proporcionen leña para hacer sus construcciones.
Comportamiento: para los castores el territorio es muy importante, puesto que están muy ligados al ecosistema acuático y una colonia de castores invierte mucho tiempo en crear sus madrigueras de troncos. Marcan el territorio con su olor gracias a las glándulas almizcleras que producen castóreo, una sustancia de olor penetrante que mezclan con lodo para marcar árboles. Cuando huelen a un intruso su expulsión se vuelve prioritaria, a vida o muerte. Sin embargo son capaces de reconocer a castores de otras colonias emparentadas y permitirles estar cerca de su territorio. Una familia de castores construye presas con los troncos que cortan con los dientes en la ribera del agua dulce. Cuando el agua sube de nivel, más de un metro, construyen sus madrigueras en el centro del cauce. En invierno se refugia dentro de su madriguera, llena de comida, aunque no hiberna. Espera a la llegada de la primavera.
Reproducción: las parejas de castores son monógamas, puesto que es necesario la mutua colaboración para criar y alimentar a los hijos y mantener la madriguera.
Interacción con el ser humano: los castores son los animales, después de los humanos, que ejercen una mayor acción sobre el paisaje que les rodea. Los castores han sido perseguidos por su formidable piel durante siglos, además de por su glándula almizcleña muy cotizada antaño en perfumería.
Estado de conservación: históricamente se han diezmado sus poblaciones sin muchas contemplaciones. Aun así parece que ambas especies se han recuperado y actualmente están catalogadas en un estado de conservación de preocupación menor por la UICN, por lo que parecen fuera de peligro, mientras no se altere su entorno de ribera.