El tiburón blanco y las orcas llevaron al megalodón (tiburón gigante) a su extinción
El megalodón fue un tiburón prehistórico que dominó los mares del planeta desde hace unos 20 millones de años hasta no hace mucho, se extinguió hace 2,5 millones de años. Este escualo es el mayor de todos los encontrados. Su tamaño podía alcanzar los 20 metros de largo (aunque el registro fósil nos da una longitud media de 10 metros). La hipótesis tradicional cree que el megalodón fue una especie muy emparentada con el gran tiburón blanco que conocemos actualmente, Carcharocles megalodon y Carcharodon carcharias, respectivamente.
Sin embargo, registros fósiles más completos los separan evolutivamente. Por un lado, el megalodón se relacionaría con Otodus obliquus, un tiburón muy frecuente en las costas norteafricanas hace 50 millones de años, sus ejemplares pesaban unas 7 toneladas y medían 9 metros. Por otro lado, las denticiones encontradas frente a Perú de Carcharodon hubbelli (6 metros y 500 kg) son muy parecidas a las de los grandes tiburones blancos (3-6 metros de longitud y 900-2.000 kg) de la actualidad. Esta especie prehistórica, C. hubelli, es de menor tamaño que el megalodón, pero muestra rasgos más parecidos al tiburón blanco actual, afianzándose como su antecesor evolutivo más probable.
Uno de los problemas en el establecimiento de la evolución de los tiburones y de los escualos en general es que sus esqueletos son cartilaginosos y tan solo las mandíbulas oseas, por lo que tan solo estas últimas se han convertido en fósiles. Es por eso que hay controversia en cuanto al tamaño real del megalodón, aunque el consenso general es que era más grande que el tiburón ballena actual.
En cualquier caso, los megalodones y los tiburones blancos compartieron los océanos durante millones de años. Estos años coinciden con el declive del megalodón. Una hipótesis muy interesante es que fue la aparición del tiburón blanco la que desplazó al megalodón y eventualmente lo llevó a su extinción. Con los pocos restos que se tienen y el estudio de especies vivas similares, se ha llegado a la conclusión de que ambas especies debían competir por las presas. Sin embargo, los tiburones blancos, más pequeños y más rápidos, podían atrapar mejor a las presas de tamaño mediano y pequeño, mientras que el megalodón debía centrarse en las presas de gran tamaño, más lentas y acordes a sus capacidades.
El ambiente marino frío del Mioceno fue favorable para el megalodón, pero el calentamiento progresivo del agua hace unos 4 millones de años durante el Plioceno no jugó a su favor. Aguas más cálidas permitían que los animales de sangre fría de los mares pudieran disminuir su tamaño y seguir conservando el calor corporal. Esto llevó a la pérdida de sus presas de gran tamaño a causa del mismo calentamiento. Además, le salieron competidores, por un lado el tiburón blanco, más pequeño, rápido y eficaz en la captura de las presas que quedaban, pero también la aparición de otros depredadores de grandes dimensiones como las orcas llevaron al gran tiburón a desaparecer de los océanos del planeta. Como consecuencia de su desaparición se cree que las ballenas barbadas (mamíferos de sangre caliente) pudieron aumentar su tamaño al no tener ya depredadores de grandes dimensiones.