Drosophila
El género Drosophila es muy conocido en el mundo científico. Todo estudiante de biología y de genética habrá visto en alguna ocasión a estas moscas de la fruta de ojo rojos y a sus mutantes de ojos blancos en algún ejercicio.
Filogenia: el género Drosophila pertenece a la Familia taxonómica Drosophilidae. Del Orden Diptera, de la Clase Insecta. El género contiene más de 1.500 especies divididas en 8 subgéneros. Todas estas especies presentan características morfológicas, ecológicas y etológicas bastante diferentes. La filogenia en este género es muy complicada debido principalmente al elevado número de especies que la integra. Además su ciclo de vida corto y su poca área de movimiento de las poblaciones hace que aparezcan muchas subespecies, dificultando todavía más la correcta taxonomía del género.
Descripción: el género Drosophila se le conoce también como moscas del vinagre, del vino o moscas de la fruta debido a que vive en fruta en descomposición. No debe confundirse con la verdadera mosca de la fruta que se alimenta del fruto mientras este está madurando y es una plaga para la agricultura. El género está compuesto por moscas de pequeño tamaño, los machos alrededor de un milímetro y las hembras un poco mayores, 1,2 mm. Como todas las moscas el género Drosophila tiene el cuerpo dividido en tres regiones: cabeza tórax y abdomen. Ojos compuestos de color variable dependiendo de la especie. Alimentación por succión y solo dos alas, con las anteriores reducidas (balancines) y tres pares de patas peludas.
Ciclo vital: el género Drosophila tiene un ciclo vital muy corto, unas tres semanas, que dependiendo de las condiciones, como la temperatura puede variar. A 29ºc pueden vivir hasta 30 días en laboratorio. En este tiempo han de eclosionar los huevos, crecer las larvas (unos 7 días) y el adulto ha de desarrollarse y encontrar pareja para perpetuar la especie.
Además de su corto ciclo de vida, el género Drosophila tiene una alta tasa de reproducción. Las hembras pueden poner hasta 400 huevos en su vida, lo que permite una rápida proliferación de las poblaciones. Este hecho, junto con su fácil mantenimiento en el laboratorio, ha contribuido a su uso generalizado en investigación.
Distribución y hábitat: el género Drosophila es muy cosmopolita. Tiene presencia en todos los continentes, siendo de especial cuidado la introducción involuntaria desde los centros de investigación, la cual se ha de evitar para no interferir en las especies y subespecies locales. Su hábitat comprende campos y lugares de almacenaje de frutas en los que puedan alimentarse.
Interacción con el ser humano: el género Drosophila es de importancia en los estudios biológicos. La especie D. melanogaster es el máximo exponente del grupo en cuanto a relevancia científica (puedes saber más sobre la especie y su importancia en investigación en nuestro artículo aquí). En las primeras décadas del siglo XX empezó a usarse en experimentación genética por el Dr. Thomas Morgan. Es la especie modelo más utilizada en estudios de evolución, genética, fisiología animal, ecología y de desarrollo. A parte de esta especie se emplean otras en el ámbito científico como D. subobscura, en actividades similares a su congénere. Puedes leer más sobre las características que tiene que presentar una especie para ser adecuada en investigación como especie modelo en nuestro artículo aquí. Debido a los estudios realizados con este género existe una base de datos muy amplia de los genes de este género y sus relaciones evolutivas.
Además de su papel en la investigación, el género Drosophila también tiene un impacto en la vida cotidiana. Algunas especies son consideradas plagas en la industria de la fruta y el vino, ya que se alimentan de frutas en descomposición y pueden contaminar los productos. Sin embargo, también pueden ser útiles en la descomposición de materia orgánica y en la polinización de algunas plantas.