Boa constrictor
Las serpientes son unos seres vivos fascinantes. Su forma, sus colores o sus capacidades han cautivado a la humanidad desde el principio de los tiempos. Una de las serpientes que ha pasado a la historia es la Boa constrictor que recurrentemente aparece en las noticias por el tamaño de las presas que es capaz de ingerir. Normalmente tras comerse una gran presa debe quedarse apenas inmóvil mientras la digiere, ya sea una cabra, un perro o en ocasiones muy raras en las que se convierte en una triste noticia un ser humano.
Filogenia e historia evolutiva: Boa constrictor es la única especie del género Boa, dependiendo a algunos autores, otros incluyen tres especies más dispersas en Madagascar y las Islas Reunión por sus características morfológicas. Sin embargo, el estudio de su material genético las separa en dos géneros diferentes a parte de Boa. La boa constrictor tiene un área de distribución muy amplia y presenta nueve subespecies, relacionadas con cada región que habita. Todas ellas forman parte de la Familia taxonómica Boidae, un grupo extenso con 10 géneros. Se recogen en el Orden Squamata, dentro de la Clase Sauropsida, del filo Chordata, del Reino Animalia.
Descripción física: Las boas constrictor miden entre medio metro y algo más de 5, siendo las hembras de mayor tamaño. El dibujo de sus escamas es de verdes y marrones en aguas y el vientre claro. Su cabeza es pequeña en comparación con el tamaño que puede alcanzar el cuerpo. Cazan a sus presas de noche, acechando y tendiendo emboscadas desde árboles. También es muy buena nadadora. Cuando cogen a sus presas las constriñe con sus anillos para quebrarle los huesos y poderla ingerir entera. Tiene muy mala visión y se guía por el olfato para cazar. Las hembras atraen a los machos que realizarán un largo cortejo a su alrededor. La boa constrictor no pone huevos como sería normal en los reptiles, sino que tras 4 meses parirá unas 30 crías vivas de 30 cm que no comerán nada hasta que realicen su primera muda de escamas.
Distribución y hábitat: Las boas constrictor viven desde el centro y sur de Méjico hasta el centro de Argentina. Su área de distribución incluye gran diversidad de ecosistemas que demuestran su adaptabilidad, de lo que han derivado las diferentes subespecies. Como muchos reptiles no pueden vivir en lugares demasiado fríos y las boas prefieren climas secos como los desiertos mejicanos. Las boas se pueden encontrar tanto a ras de suelo como subidas a árboles, en los climas donde haya árboles por supuesto. En cuanto a la altura hay colonias desde nivel de mar hasta los cerca de mil quinientos metros, más arriba el frío de montaña puede ser perjudicial para estas serpientes.
Interacción con el ser humano: Muchas de las serpientes de la familia Boidae se denominan boa, lo que da lugar a la confusión. Además, las diferentes subespecies reciben nombres muy diversos dificultando su identificación como una única especie. La forma de caza de estas serpientes ha sido una característica de la admiración humana por estos animales. Lamentablemente esta admiración ha desembocado en un comercio ilegal que pone en peligro las colonias naturales. Problema que se achaca cuando los propietarios de estas mascotas no pueden hacerse cargo de un animal de 4 metros capaz de comerse a una cabra.