Ciclo biológico e infectivo de la filoxera
La filoxera es un insecto de la Familia (Philloxeridae) que parasita y frecuentemente mata a la vid (Vitis vinifera). La infección de filoxera en la vid ha sido de gran importancia económica a nivel mundial. Las vides de toda Europa se han visto afectadas por este letal insecto. Puedes leer más sobre este insecto (Daktulosphaira vitifoliae) en el artículo que le dedicamos aquí .
La gravedad de la infección por filoxera de la parra varia en gran medida dependiendo del ciclo reproductivo de los insectos. Los machos y las hembras hacia finales de la estación cálida copulan sobre la vid. Las hembras ponen un único huevo, llamado huevo de invierno o hibernante y a medida que avanza la estación el huevo va tornándose verde. A principios de primavera el huevo eclosiona. De él sale una hembra, pero si morfología es distinta a la hembra que puso el huevo. La recién nacida no tendrá alas. Dependiendo de si va hacia las ramas o hacia las raíces se denominará gallicola o radicícola respectivamente. Tras un periodo de algo menos de un mes, dependiendo de las condiciones ambientales, esta hembra habrá realizado 3 mudas. En ese momento ya es reproductivamente activa. Pondrá entre 50 y 100 huevos sin necesidad de ser fecundada por un macho. De estos huevos saldrán más hembras partenogenéticas, también ápteras. Este tipo de reproducción en la filoxera dura hasta 6 generaciones que viven una media de 20 días, el tiempo que dura la estación cálida. Tan solo los individuos hembra formados por partenogénesis se alimentan. Tanto en la raíz como en las hojas chuparán la sabia para crecer. En Europa la reproducción sexual rara vez tiene lugar. Existiendo solo la reproducción asexual de las hembras radícolas. Que chupan la sabia de la raíz hasta matar la planta.
En Estados Unidos por el contrario, la forma aérea tan frecuente como la radícola. Es la forma aérea la que a finales de verano llevará a cabo una cuarta muda. Tras la cual se convierten en ninfas, que darán lugar a hembras aladas. Esta última generación pondrá más huevos a su vez que serán tanto machos como hembras. Estos se encontrarán para volver a cerrar el ciclo de la reproducción sexual.
Cuando la filoxera afecta a las hojas aparecen agallas o pequeños tumores en el envés de las hojas de la parra. Eventualmente aparecerá necrosis en las hojas que acabarán marchitándose de forma prematura. Parece ser que las variedades de uva que presentan una hoja de tamaño mayor son menos afectadas por la filoxera aérea. Las hembras gallicolas, las que habitan en las hojas, son más fecundas que las radícolas. Aún así el 90% de las hembras partenogenéticas de la filoxera que eclosionan en las hojas se dirigen a la raíz. A pesar de que produce algunas pérdidas la infección de las hojas no es tan devastadora como la infección de la raíz.
A pesar de ser un parásito de la vid no es exclusivamente su presencia lo que induce la muerte de los viñedos. Muchas veces la filoxera es el vehículo de transmisión de enfermedades de origen fúngico o bacteriano que son los encargados de necrosar las raíces y por lo tanto de la muerte de la parra. Las vides europeas se defienden fisiológicamente de la filoxera creando nudosidades y tumores en las raíces con el fin de aislar el cuerpo extraño. En cambio las vides americanas casi no forman tumores. Lo que les impide el ataque de hongos y bacterias.
Actualmente, la búsqueda de soluciones efectivas para combatir la filoxera ha llevado a recientes avances en la ingeniería genética y los programas de cría. Investigadores trabajan en desarrollar vides con resistencia genética a la filoxera, utilizando técnicas avanzadas de edición de genes que prometen proteger a las plantaciones de esta plaga devastadora. Estos desarrollos ofrecen esperanza para reducir las pérdidas económicas en todo el mundo asociadas con las infestaciones de filoxera.
En cuanto a métodos de control biológico, el uso de depredadores naturales y métodos respetuosos con el medio ambiente están ganando popularidad. Investigaciones han demostrado que ciertos insectos predadores pueden controlar eficazmente la población de filoxera sin afectar otros procesos ecológicos.
El impacto económico de la filoxera en la industria vitivinícola global sigue siendo significativo. Se estima que las pérdidas anuales directas e indirectas causadas por este insecto ascienden a miles de millones de dólares, afectando tanto a grandes productores como a pequeños viticultores. La actualización en las prácticas de manejo y la implementación de tecnologías avanzadas son cruciales para mitigar estos efectos.
Históricamente, la filoxera ha dejado una marca perdurable en la viticultura, inspirando soluciones innovadoras y cambios en las prácticas de cultivo. Durante el siglo XIX, brotes importantes llevaron a replantaciones masivas y a la adaptación de nueva técnicas en gestión de viñedos.
La investigación futura sigue enfocándose en encontrar formas innovadoras de combatir a la filoxera. Los científicos están explorando nuevas vías de manejo sostenible y tecnologías para asegurar la resiliencia de los viñedos frente a este desafío persistente.