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Sarampión: síntomas, diagnóstico y tratamiento

Publicado por Ramón Contreras

El sarampión es una enfermedad contagiosa causada por un virus. Esta enfermedad está casi extinguida en los países del primer mundo. La edad común de contraer el sarampión es entre el primer año de vida y los 4 años. Sin embargo, es una enfermedad infrecuente gracias a la vacuna triple que se administra a los niños pequeños al cumplir su primer año y después un recordatorio a los 5 años. La OMS se propuso erradicar el sarampión a nivel mundial. En la actualidad son muy pocos los casos de sarampión que causan la muerte del enfermo. La primera vacuna se calcula que se administró a un 83% de la población en 2008, mejorando el dato del 73% en el año 2000. Este aumento de las vacunaciones supuso una reducción de casi el 80% de muertes causadas por el sarampión en ese tiempo.

El sarampión es una enfermedad muy contagiosa que se disemina por el aire en las microgotas de la respiración. El virus causante de esta enfermedad es un paramoxivirus de la Familia Morbillivirus, que afectan todos a mamíferos. Puedes leer más sobre el virus del sarampión en el artículo que le dedicamos aquí .

Entre los síntomas que aparecen antes del sarampión encontramos la fiebre alta, con más de 40ºC que dura entre 3 y 4 días, malestar, fotofobia, tos seca o conjuntivitis. Estos síntomas aparecen a la semana de estar en contacto con un enfermo. El rasgo más característico del sarampión aparece un poco después de la fiebre. Son los enantemas o manchas de Koplik. Estas manchas aparecen primeramente en la cara y se pueden reconocer por ser puntos blancos rodeados de un halo rojo. También puede diagnosticarse la enfermedad al observar las manchas de Koplik en el interior de la boca, aunque estas manchas duran tan solo un día.

Exantema típico del sarampión

Exantema típico del sarampión

El otro síntoma característico del sarampión, aunque no exclusivo, es la aparición de exantemas. Pocos días después de comenzar la fiebre se desarrolla el exantema, una erupción cutánea aguda. Estas manchas rojizas se pueden esparcir por todo el cuerpo empezando en la zona tras las orejas. De allí se extiende a la cara, el torso y finalmente a las extremidades. El exantema causa un molesto picor en todo el cuerpo. Durante el tercer día con el exantema las manchas palidecen. El cuarto día tras su aparición empiezan a desaparecer de cabeza a pies. Ese mismo día la piel empieza a escamarse como consecuencia de la desaparición de las manchas. A los 14 días de empezar la fiebre han desaparecido los rastros de la enfermedad.

Diagnóstico y tratamiento: El diagnóstico se realiza con la observación de las manchas de koplik tras 3 días de fiebre. Aunque puede hacerse por pruebas de laboratorio con anticuerpos. Una vez contraída la enfermedad el paciente puede recuperarse con descanso y alimentación adecuada. Si la enfermedad cursa en pacientes en estado precario pueden aparecer complicaciones: diarrea, cefaleas o neumonía, que se puede volver crónica. La enfermedad cursa de manera más severa en pacientes de más edad.

Profilaxis: la mejor manera de no contraer el sarampión es la vacunación que ha demostrado ser muy efectiva. Durante la enfermedad no existe ningún tratamiento paliativo. Las tasas bajas de vacunación contra el sarampión van acompañadas de un aumento de casos y muertes, debidas a esta enfermedad. La OMS asegura que el sarampión es la primera en la lista de causas de muerte infantil que puede prevenirse.