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Los datos REALES de la primera vacuna de Pfizer igualan los ensayos clínicos

Publicado por Ramón Contreras

Las vacunas contra la COVID-19 han sido una de las mayores inversiones en medicina del poco tiempo que llevamos del siglo. Sin embargo, todas ellas han sido aprobadas en un formato especial. La situación de emergencia ha hecho que la autorización de las vacunas llegase muy rápidamente bajo la etiqueta de “uso de emergencia”. Esta nomenclatura viene a decir que las pruebas que se han realizado con la vacuna son buenas, pero que en realidad no tenemos la confianza absoluta en que vaya a ser todo lo que necesitamos. Una vacuna en una situación normal tarda mucho más tiempo en liberarse al mercado. Años de pruebas son necesarios para conocer completamente los efectos a largo plazo de un fármaco y las vacunas no son la excepción.

Ahora, tras meses y meses de campaña de vacunación y grandes masas de población inmunizada con la primera dosis podemos empezar a evaluar su efecto real. Hasta ahora la vacuna se había probado en miles de personas, antes de salir al mercado, pero siempre será más fiable un estudio llevado a cabo con medio millón de personas que no “solo” con 50.000.

Los datos aportados por la vacuna de Pfizer son muy buenos. Tras dos semanas después de la inmunización con la primera dosis la vacuna tenía efectividad de algo más del 50%, que es exactamente lo que habían arrojado las pruebas de laboratorio y de campo. La robustez de los datos actuales y la semejanza con los datos obtenidos en ensayos anteriores dan confianza en que la pauta completa con la segunda dosis tendrá los efectos que esperamos en la población. Hasta ahora se había probado solo en pacientes sanos y jóvenes, donde la respuesta que se espera es buena y duradera. No obstante, ahora que se ha aplicado a la población general se ha comprobado que los datos se mantienen especialmente bien.

Con esta primera dosis y la adquisición de ese 50% de inmunidad nos referimos a que con una vacuna una persona tiene el 50% menos de probabilidades de infectarse que una sin la vacuna. Este número que ya es importante está cambiando la fisionomía de la pandemia y como evoluciona el virus. Además, se está viendo que los vacunados que sí se infectan, ese bajo porcentaje, tiene unos síntomas más leves y por lo tanto se encuentran muy lejos de las escenas de UCI y sentencia casi segura que tenían los infectados de coronavirus hace tan solo unos meses.

Estos datos con la vacuna de Pfizer serán liberados por otras compañías en breve (AstraZeneca, Moderna, o incluso las vacunas Sputnik V o la china Sinopharm, estas dos últimoas que todavía no liberaron sus resultados sobre las fases preliminares). Aunque todas tienen un modelo similar a medida que avanza el tiempo es posible que veamos alguna distorsión menor en los datos preliminares con los que contábamos, o como en el caso de Pfizer una confirmación de las medidas. En cualquier caso, cuando la segunda dosis sea ya multitudinaria y veamos esos datos se confirmará si es necesaria una tercera dosis o no, para asegurar la completa tranquilidad de la población.