Carbunco o ántrax
El carbunco es una enfermedad infecciosa de origen bacteriano. La bacteria causante de esta enfermedad es Bacillus anthracis. Debido a la reciente creencia de su uso en ataques terroristas (Londres 1998) se denomina también ántrax, aunque la infección es producida por la misma cepa bacteriana. El ántrax se refiere principalmente a la infección a través de las vías respiratorias. Puedes leer más sobre la bacteria responsable del carbunco en el artículo que le dedicamos aquí.
El carbunco es una enfermedad que afecta principalmente al ganado ungulado. Aunque también puede afectar al ser humano, más frecuentemente por entrar en contacto con animales portadores. Dependiendo de la vía de entra en el organismo los síntomas, la velocidad de infección y por consiguiente las probabilidades de sobrevivir a la infección varían significativamente.
Vía cutánea: Las esporas de B. anthracis pueden entrar por heridas abiertas infectando la sangre. Este es el caso de infección más frecuente por carbunco. Los principales grupos de riesgo son aquellos que manipulan material animal, como lana o cuero. En el 95% de los casos la letalidad de esta infección es muy baja. Los síntomas del carbunco dependen de la vía de contagio. En este caso el afectado presenta una pápula negra y seca en la zona de la piel por donde ha entrado la bacteria a los dos días del contagio. La pápula es una costra que forma un socavón en la piel. El borde de la pápula aparece rodeado de vesículas de fluido.
Infección por Inhalación: respirar esporas produce la infección más virulenta. Las esporas entran hasta los pulmones por las vías respiratorias. Esta es la modalidad más letal en casi todos los casos. Los grupos de mayor riesgo son aquellos que trabajan con lanas y cueros sin tratar. Esta fue la modalidad empleada como arma biológica por su capacidad dispersiva y de contagio y por la que se conoce como ántrax. En este caso las bacterias se acumulan en los ganglios linfáticos donde se multiplican hasta que pasan a la sangre causando una septicemia generalizada. Las bacterias tardan normalmente de uno a seis días en crecer. Los síntomas de infección en este caso son dificultad para respirar, tos, malestar y fiebre.
Ingestión: esta se da al comer alimentos contaminados donde afecta al sistema digestivo. Es la más infrecuente y puede confundirse con una gastroenteritis, aunque causa un coma y muerte en el 50% de los casos debido a la contaminación de la sangre. Los síntomas que aparecen son dolor abdominal, diarrea y vómitos sanguinolentos.
El diagnóstico se realiza mediante cultivos bacteriológicos en laboratorio.
Tratamiento y profilaxis: la infección puede resolverse mediante el uso de antibióticos obtenidos siempre por prescripción médica. Para evitar contraer la enfermedad se recomienda no consumir carne de dudosa procedencia y aunque la carne tenga una trazabilidad correcta cocinarla bien. Para el ganado y los grupos más expuestos (ganaderos) es obligatorio la vacunación anual del ganado. En caso de un brote se ha de aislar al animal, sacrificarlo y enterrarlo en cal viva para evitar su dispersión.