Exantemas y sarpullidos
Muchas veces pasa que se va al médico con un rojez persistente en la piel y el especialista dice que es un exantema. Ante este vocabulario no hay que asustar, puesto que no es nada especialmente malo. Un exantema es exactamente eso un sarpullido o erupción de la piel. Aunque muchas vecen no tienen consecuencias graves y son fruto de una alergia o un mal roce, una picadura o contacto con una sustancia urticante, en ocasiones son síntomas de enfermedades cutáneas o de otra índole. Muchas veces los exantemas no aparecen solos, lo normal es que aparezcan en extremidades o en la cara y que sean numerosas que se encuentren agrupadas en una zona concreta, como la cara.
Dependiendo de la forma de los exantemas pueden ser síntomas de diferentes enfermedades, por ejemplo, la escarlatina (de origen bacteriano) y el sarampión (de origen vírico) se caracterizan por conjuntos de exantemas o máculas planas y de pequeño tamaño. Si tienen volumen y relieve se llaman exantemas vesiculosos y si son de gran tamaño pasan a denominarse directamente ampollas. En su interior pueden tener líquido seroso, este tipo de exantemas son típicos de la varicela. Finalmente los exantemas purpúricos tienen volumen y contienen líquido, en este caso sangre, cosa que da el color púrpura. Algunos adenovirus cutáneos son los más frecuentes causantes de este tipo de exantemas.
En general los exantemas se emplean, observando su morfología, el color o la forma del conjunto de sarpullidos para diagnosticar algunas enfermedades como las mencionadas arriba. Además el tiempo en el que aparecen los exantemas respecto a otros síntomas, antes, después o al mismo tiempo, puede ser usado como parte del diagnóstico. Una vez establecida la posible enfermedad este síntoma tiene que ir acompañado de otros típicos de cada enfermedad. Por sí solos los exantemas no bastan para diagnosticar con seguridad una enfermedad, puesto que cada tipo puede surgir por más de una enfermedad. Ante un exantema lo mejor es buscar otros exantemas para ver si se ha generalizado por el cuerpo. Entre las pruebas accesorias la hematométrica es la más común, buscando restos de las bacterias o virus en la sangre.
Los exantemas por causas víricas son muy frecuentes en niños y bebés, sobretodo cuando ya ha habido algún caso en su ambiente cercano. La triada mano-pies-boca y la falta de higiene es una de las causas más comunes de que los pequeños tengas este tipo de infecciones. En personas adultas este contacto es menos frecuente y muchas veces es debido a contacto directo con un afectado. En este aspecto la mayoría de las enfermedades víricas que causan exantemas generan inmunidad en el individuo una vez ha pasado la enfermedad, por lo que hace que sean todavía más raras en adultos. Cada rango de edad tiene sus enfermedades más probables, aunque los bebés y los niños son los más afectados. Las alergias son el otro gran causante de exantemas. La exposición al alérgeno hace que el sistema inmune reacciones creando estas pequeñas inflamaciones en la piel que normalmente con un lavado con abundante agua puede bajar la inflamación.